Capítulo 46

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(POV Emma)

Mi marido y yo llevamos ya diez días en alta mar y, aunque no podría ser más feliz, no puedo seguir ocultando que mi estado de salud no solo no ha mejorado, si no que ha ido a peor. Creo que el salir a navegar durante tanto tiempo no ha sido buena idea, estamos demasiado lejos de los médicos y la comida que hemos traído no es que sea la más saludable del mundo. He intentado disimular para que Killian no se dé cuenta, pero cada vez es peor y no sé cuánto tiempo más podré aguantar, así que he decidido ser sincera y contárselo.

- Deberías haberme dicho esto desde el primer día que empezaste a empeorar. -Dice enfadado y preocupado al mismo tiempo.

- Lo siento, pensé que solo eran los típicos mareos que tiene la gente al subirse a un barco.

- Swan, tú nunca has tenido nauseas al navegar.

- Ya lo sé, pero creí que se pasaría con los días, que solo necesitaba acostumbrarme.

- Ahora mismo pongo rumbo a Storybrooke. -Dice girando bruscamente el timón.

- ¡¿Qué?! ¡No! Hay como cuatro días de camino y ya casi hemos llegado a tierra firme.

- ¿De qué nos sirve visitar nuevos lugares si prácticamente no puedes salir de la cama?

- No lo digo por ir a ningún lado, es por poder buscar cobertura y hablar con nuestros hijos, te recuerdo que llevamos cinco días sin saber nada de ellos.

- Espera, ¿esa cosa hay que buscarla? Pensaba que llegabas al sitio y ella sola llegaba a ti. -Dice confundido.

- Más o menos, igual en el puerto no hay suficiente y tenemos que adentrarnos en el pueblo.

- Pues espero que haya de sobra porque no pienso dejarte bajar del Jolly Roger, tienes que descansar.

- Me encuentro mal, no estoy inválida.

- Me da igual, no vas a moverte de aquí. -Dice realmente serio.

- ¿Cuándo te has vuelto tan mandón? -Digo cruzando los brazos.

- Soy el Capitán del barco, siempre lo he sido. -Responde como si fuera algo obvio.

- A veces te odio.

- ¡JA! Buen intento Emma, pero te recuerdo que acabas de casarte conmigo por voluntad propia. Sé que me amas.

- ¡Genial! Ahora te odio todavía más. -Digo levantando los brazos para darle mayor dramatismo.

- Anda, ve a acostarte, te avisaré cuando lleguemos. -Cambia a un tono más suave.

- Vale. -Suspiro.

Me giro y voy directa a las escaleras para bajar a nuestro camarote y descansar un rato.

- Yo también te amo. -Me grita.

- Que te den. -Digo enseñándole el dedo corazón sin mirarlo.

Killian se ríe, intentaba molestarme y lo ha conseguido. No sé por qué le gusta tanto hacer esto si lo único que consigue es enfadarme, bueno, no de verdad, pero aún así me fastidia mucho que lo haga. Aunque he de decir que si yo no le siguiera el juego esto no pasaría, pero no puedo evitarlo, sabe exactamente qué decir para que me ofenda y le responda.

Llego a la habitación, cojo el móvil y me tumbo en la cama. No sé bien dónde estamos, el genio de la geografía aquí es mi marido, yo simplemente me dejo llevar. Miro las rayitas que indican la cobertura y, aunque ya hay una encendida, no es suficiente como para hacer una llamada. Dejo caer el teléfono en la cama y me levanto para ir al baño.

El amor es inesperado (Segunda parte)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora