Capítulo 28

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A/N

¿Os acordáis cuando dije que me lesioné el dedo? Bueno pues no os preocupéis que ya no me duele, ahora es el brazo entero, en especial el codo. 😂
Aquí miss torpe presente, no tenía otra cosa mejor que hacer que ir a patinar y, obviamente, me he caído. He de decir que estoy bastante bien para lo que ha sido la caída, me podría haber roto el codo e incluso el hombro, pero solo han sido unos arañazos y un golpe en el codo.

Pido perdón por tardar tanto en actualizar, pero mientras escribía esto he tenido que hacer algunas pausas porque me dolía demasiado el brazo (incluso he tenido que dejar la mitad para el día siguiente), no solo por el golpe si no porque al llevarlo lleno de heridas no lo puedo apoyar y me canso. (Creo que es la peor caída que sufrido... y eso que un día me caí en unos matorrales con una bici). 😂

Bueno, pues eso, que os cuidéis mucho más de lo que hago yo. 😂❤️ 


(POV Emma)

Después de dos días en alta mar, por fin llegamos a casa. Killian me ha estado ignorando todo este tiempo y, aunque me duela tenerlo en frente y no poder hablarle, he intentado ser comprensiva y respetar su espacio. No voy a mentir, me ha sido muy difícil no colarme en su camarote por las noches, yo dormía con mis padres, para acostarme a su lado y abrazarme a él. Llevo sintiendo la necesidad del calor de su cuerpo desde que zarpé junto a Smith, las noches son una auténtica pesadilla sin el confort de sus brazos, al que ya estoy más que acostumbrada.

Killian abre la puerta, tira las llaves en el mueble de la entrada, se descalza y se dispone a subir las escaleras con su equipaje, sin ni siquiera mirarme. Yo entro y repito sus movimientos pero de una manera menos brusca, está realmente enfadado. Antes de subir a la habitación, respiro profundamente e intento buscar las palabras correctas para empezar una conversación con él.

- Killian. -Digo apoyándome en el marco de la puerta.

Él está sentado encima de la cama, mirando hacia el otro lado, quitándose la ropa para darse una ducha. En el momento en el que escucha mi voz, echa su cabeza hacia atrás, baja los hombros y suspira. No quiere hablar.

- Killian, por favor. -Digo acercándome a él.

Como era de esperar, él se aparta de mí, coge la toalla de encima de la cama, se levanta y va al baño con tan solo la ropa interior puesta.

Yo le sigo y pongo el pie en la puerta antes de que pueda cerrarla, este baño tiene cerrojo y no estoy dispuesta a perder ni un minuto más.

- ¿Qué quieres Emma? -Dice enfadado pasándose la mano por la cara.

- Que me hables, que me digas algo, incluso que me grites, me da igual. Pero habla conmigo, por favor. ¡Me estoy volviendo loca!

- ¿Y cómo crees que estaba yo cuando te fuiste? -Grita frustrado.

- Lo siento... -Digo bajando la cabeza.

- ¿En qué pensabas? ¡Ese hombre podría haberte matado!

- Teníamos un plan. -Intento defenderme.

- Parecía ir muy bien cuando llegué. -Dice sarcástico.

- Barba negra no sabía quién era, tenía un hechizo de cambio de identidad, ¿recuerdas?

- Sí, que se rompió poco después de llegar al Jolly Roger. Esos hechizos necesitan mucho poder para que funcionen por más de un par de horas, era, literalmente, cuestión de tiempo. Y siento deciros que no os quedaba mucho.

- Pero... -Empiezo, pero no sé cómo seguir.

- Déjame ducharme tranquilo, Emma. No quiero seguir con esta conversación.

El amor es inesperado (Segunda parte)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora