Capítulo 49

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(POV Killian)

Son las diez de la mañana, Allison está en el cole y Emma ha llamado a su médico de confianza de Boston, el mismo que la atendió cuando nació Henry, para que le haga las pruebas necesarias para salir de dudas. Cada vez esto se hace más real, sobre todo ahora que mi mujer ya no oculta sus síntomas. Esta mañana me he despertado cuando la he notado levantarse corriendo para ir al baño por culpa de las náuseas matinales, para desayunar me ha pedido gofres con pera y chocolate, un antojo bastante raro para mi Swan.

- Sí, sí, claro... Entiendo... Ya, pero pensé que... ¿De verdad no puedes hacer una excepción?... Claro... Bueno, gracias igualmente... Adiós, pasa un buen día.

- ¿Y bien? -Digo cuando la veo colgar el teléfono.

- Nada, no tiene hueco hasta dentro de dos semanas. ¡No puedo aguantar hasta entonces! -Dice sentándose en el sofá.

- Tendremos que ir a ver a Whale.

- ¡De eso nada!

- ¿Y qué hacemos ahora? ¿Esperar?

- No -dice levantándose-. Hay otra forma de saberlo, solo necesito encontrar a alguien que vaya a la farmacia por mí, ir yo sería demasiado obvio.

- ¿A la farmacia? ¿Allí pueden decirte si estás embarazada? -Pregunto confundido.

- No, pero venden unas pruebas que en unos diez o quince minutos te dicen el resultado.

- ¡¿En serio?!

- Sí. ¿A qué parece magia? -Pregunta acercándose.

- ¿Acaso no lo es?

- No. Es ciencia.

Emma apoya sus manos en mi pecho y se acerca todavía más para darme un pequeño beso en los labios, al que correspondo con gusto.

- ¿Te he dicho que estás especialmente preciosa esta mañana? -Digo atrapándola entre mis brazos.

- Un par de veces, pero puedes repetirlo, no me importa. -Sonríe.

- Preciosa. -La beso.

- Gracias, mi endiabladamente atractivo pirata. -Me besa.

- De verdad que estás radiante, Swan. ¿Será por el embarazo?

- Sabes que puede que no esté embarazada, ¿verdad?

- Shhhhh. No llames a la mala suerte. -Susurro abrazándola con más fuerza.

Emma suelta una pequeña risa y vuelve a besarme. Esta vez dura un poco más, pero enseguida se separa y vuelve a centrar su atención en el teléfono.

- ¿En serio? ¿Esa cosa te importa más que yo? -Pregunto ofendido.

- ¿Qué? ¡No! Es para llamar a mi madre, necesito que busque a alguien de confianza para que le pida la prueba de embarazo, yo no puedo ir o el rumor se extenderá más rápido que un maleficio de Regina.

- Está bien, pero date prisa, quiero pasar un tiempo a solas con mi querida esposa.

- Estamos casi todo el tiempo solos.

- Tenemos que aprovechar ahora, dentro de nueve meses habrá una personita que requerirá toda nuestra atención.

- Killy, en serio, la prueba puede salir negativa.

- ¿Y todos los síntomas?

- Pueden ser psicológicos, pasa más a menudo de lo que piensas.

- Bueno, pues si la prueba da negativo, tendremos que seguir practicando. -Digo levantando una ceja.

El amor es inesperado (Segunda parte)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora