Capítulo 7

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(POV Killian)




La comida con Emma es un poco extraña, a penas hablamos. Ahora mismo no sé si estamos en un buen o mal momento.



-Swan. ¿Por qué has hecho esto?



-¿Hacer qué?



-Venir aquí en pijama para devolverme el anillo y... en cierto modo, hacer que te pida matrimonio.



-Antes de responderte yo a esa pregunta, necesito saber la respuesta de otra que tengo en mente.



-¿Cuál?



-¿Cuándo tenias pensado pedírmelo?



-No lo sé.



-Killian...



-Está bien -suspiro-. La verdad es que ese anillo lo conseguí hace bastante tiempo, en cuanto lo vi no pude evitar comprarlo, pero sabía que aun no estabas preparada así que lo guardé. Cuando perdiste la memoria fue un golpe bastante duro y me hizo darme cuenta de que no quería perder el tiempo así que empecé a planearlo todo, quería que saliera perfecto. Antes de hacer el viaje cogí el anillo y me puse a pensar y decidí que lo mejor era pedírtelo la última noche en alta mar, bajo las estrellas. Es decir, anoche, pero ambos sabemos lo que pasó finalmente.



-¿Anoche? ¿Por qué no lo hiciste?



-Cuando dijiste que lo de Ruby es algo muy precipitado, yo... bueno, me lo pensé mejor y decidí esperar un tiempo.



-Killian, no vuelvas a hacer eso.



-¿El qué?



-Estabas decidido a pedir que me case contigo, a saber cuánto tiempo llevabas deseándolo y tú vas y lo cancelas todo por una tontería que dije.



-Pero amor, no es una tontería, tienes razón. El matrimonio es algo muy serio no se puede tomar esta decisión a la ligera.



-Vivimos juntos, lo único que nos hace falta es casarnos, nuestras vidas seguirán igual.



-No es lo mismo, si pasa algo con irme basta. Una vez casados, nada puede separarnos.



-¿Y no te gusta más la segunda parte?



-La verdad es que sí.



-A mí también, eso es lo que quiero.



Emma me coge de la mano mientras que me mira a los ojos, haciéndome promesas mudas sobre una vida juntos.



-Te amo, Swan. Por eso quiero que me devuelvas ese anillo y me dejes hacerte una pedida como te mereces.



-¿Qué? ¡No! Killian, esta ha sido perfecta.



-Ya, viniendo tu aquí y pidiéndomelo. Precioso. -Digo con ironía.



-No, aceptando nuestros defectos y dándonos cuenta de que, aunque discutamos, siempre estaremos juntos. Va a haber cosas que no nos gusten el uno del otro, pero eso no importa porque aprenderemos a vivir con ello.



-Visto así...



-Es una promesa, Killian.



-¿Promesa? ¿De qué?



-De que nunca vas a dejar de amarme. Eso es más que suficiente.



La miro fijamente a los ojos mientras que me acerco poco a poco y ella corta la distancia con un beso. Enredo mi mano en su pelo y empiezo a jugar con sus rizos desordenados mientas que nuestros labios se pierden en un baile de pasión.

El amor es inesperado (Segunda parte)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora