Capítulo 48

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(POV Killian)

Después de tres días en alta mar, al fin estamos en Storybrooke. Realmente deberíamos haber llegado mañana, pero Emma está muy intranquila, aunque desconozco el motivo, y he decidido pasarme toda la noche de ayer y el día de hoy navegando sin descanso, para llegar lo antes posible. Realmente estoy agotado, mi cuerpo necesita descansar, pero no puedo irme a la cama sin antes ver a mi hija.

Es un poco tarde, las nueve de la noche, seguro que ahora está acabando de cenar o preparándose para irse a dormir, pero eso no me impide acercarme a casa de mis suegros e ir a por ella.

- Killian, ¿estás seguro? Pareces realmente cansado, deberíamos ir a casa. -Dice Emma parándose delante de mí.

- Sí, amor. Necesito verla.

- Está bien.

Ella se agarra de mi brazo y seguimos caminando en silencio. No es que hayamos tenido un viaje de vuelta típico de una luna de miel, al contrario, mi mujer ha estado bastante fría y distante. He intentado acercarme a ella, preguntarle qué le pasa, pero no me dice nada, la única respuesta que consigo es que necesito confiar en ella y que le dé tiempo. Solo espero que el resto de nuestro matrimonio no sea así.

Al fin llegamos a casa de David y Blanca, llamamos al timbre y David nos abre con una sonrisa, todo lo contrario a la expresión de Emma. Ella le saluda con un "hola" bajito y una sonrisa forzada. No estoy entiendo nada, después de tanto tiempo pensé que se alegraría más de ver a sus padres.

- ¿Emma? -Pregunta Blanca sorprendida.

- ¡¿Papi?! -Ahí está, esa vocecita que tanto añoraba.

- ¡Allison! -Digo entusiasmado.

Mi pequeña salta de la silla donde estaba cenando tranquilamente, y viene corriendo hacia mí. Yo me agacho y la recibo en mis brazos, agarrándola con fuerza, sin querer soltarla nunca más.

- Te he echado mucho de menos. -Dice con su cabeza todavía apoyada en mi hombro.

- Y yo a ti, pequeña. Mucho. -Digo abrazándola con más fuerza.

Sigo manteniendo a mi hija pegada a mi pecho durante unos segundos, no quiero separarme de ella, nunca. Allison parece no tener el mismo pensamiento ya que enseguida se cansa y rompe el abrazo.

- ¿Dónde está Emma? -Pregunta echando un vistazo a toda la habitación.

- No sé. -Respondo levantándome del suelo al no hallar a mi esposa.

- Se ha ido a hablar con Blanca -dice David-. Vendrán en cualquier momento.

- ¿Por qué me da la sensación de que aquí está pasando algo que yo desconozco? -Pregunto cruzando los brazos.

- Si de verdad no lo sabes, no soy yo el indicado para contártelo.

- Es decir, que mi pálpito es cierto.

- Me temo que sí, pero no puedo decirte nada, es Emma quien debe hacerlo.

- ¡Pero estamos casados! Se supone que debo ser el primero en enterarme de lo que le pasa, sin embargo sigo siendo el último. -Digo empezando a enfurecerme.

- Papi, tranquilo. Seguro que Emma tiene sus motivos. -Intenta calmarme mi hija.

- No, nos vamos. Estoy harto de esta situación.

- Pero papá... -Protesta.

- ¡Nada de peros! ¡He dicho que nos vamos!

- Está bien -dice agachando la cabeza-, aunque necesito recoger mis cosas primero. Se supone que llegabais mañana, todavía no he acabado la maleta.

El amor es inesperado (Segunda parte)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora