Capítulo 9

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(POV Mary Margaret)


No me puedo creer que mi hija se vaya a casar, estoy tan emocionada, llevo esperando este momento desde el día que me enteré que iba a tener una niña. No puedo esperar para verla con su vestido de novia caminando hacia el altar del brazo de su padre. Pero aun falta lo mejor, los preparativos. Tenemos que buscar el vestido de novia, que de eso se puede encargar Azul, los invitados, el lugar, el cáterin. ¡Y la fecha! Oh dios mío, la fecha, tenemos que empezar a pensar un día ya. Tiene que hacer calor para que pueda ser al aire libre, que Henry no tenga cole, ni yo claro, que no anochezca demasiado pronto...



-¡Mamá! -El grito de Emma me saca de mis pensamientos.



-¿Qué pasa hija?



-¿Estás bien? Llevas como ausente unos 20 minutos.



-Oh, lo siento. Estaba pensando en la boda.



-Ya, sobre eso...



-¿Qué? No me digas que no me vas a dejar ayudarte.



-Bueno, tu ayuda la voy a necesitar ya que nunca antes pensé en el día de mi boda, pero por favor, no te pongas a controlarlo todo, es mi día.



-Pero Emma cariño, tú misma lo has dicho, nunca antes habías pensado en esto, necesitas que te eche una mano.



-Exacto. Necesito ayuda, no que me hagan el trabajo. Déjame equivocarme.



-Está bien. Pero prométeme que disfrutaremos de esto juntas.



-No pensaba hacerlo de otra manera.



Abrazo a mi hija como agradecimiento por dejarme ser parte de todo esto. Yo no tuve a mi madre para planificar mi boda, cometí muchos errores y no quedó tan mal, quitando la parte de la reina malvada. Pero ahora Regina está de nuestro lado y no habrá nada que estropee este día, mi hija se merece la mejor boda de todos los tiempos.



Tras la gran noticia, la idea de dejar a Neal con Emma desaparece de mi mente, por mucho que David insista en que es una gran idea, yo sé que en el fondo lo dice para estropearles la noche. Al final logro convencerlo con una promesa de un desayuno en la cama.


(POV Killian)


No esperaba ver a Emma tan feliz al dar la noticia, ni tan entregada con los preparativos. La verdad es que me encanta verla así, feliz y concentrada en planear cosas, ya sea una fiesta o como acabar con un monstruo, pero al hablar del día de nuestra boda se le dibuja una sonrisa en la cara que no suelo ver nunca.



Podría pasarme horas observándola, pero nos tenemos que ir. Se ha hecho muy tarde y ambos tenemos que descansar. Henry se queda con sus abuelos esta noche, a pesar de la negativa de David, pero al final ha ganado Mary Margaret. Me pregunto si siempre será así, ¿siempre ganará la mujer? La verdad es que no me veo negándome a nada que me pida mi Swan, podría hacerme su esclavo si quisiera, pero será mejor que no se entere.



-Swan. ¿Te apetece ver una peli? -Digo una vez que nos hemos acomodado en su casa, o mejor dicho, nuestra casa.



-Mmm, vale. Yo pongo la peli mientras tu haces las palomitas y dos chocolates calientes con canela.



-¿Por qué tengo que hacer yo lo más complicado?



-Porque la última vez casi tiras el mando a la tele para cambiar de canal.



-Es que no funcionaba.



-Estaba sin pilas.



-¿Y yo cómo iba a saber eso?

El amor es inesperado (Segunda parte)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora