Racing Drivers Gay Shit

Your Song (Maxiel)

El centro comercial estaba concurrido aquél día sábado. Mucha gente salía con diversos propósitos: salir a comer, comprar ropa, ir al cine, a las maquinas de premios o solo pasar el rato con la persona que quieres.

En el caso de Daniel y Sebastian, buscaban algunos discos y cuerdas de guitarra en una tienda de música. No es que se dedicaran a ello, pues Daniel era modelo y Sebastian un piloto de Karts. Pero a ambos les encantaba cantar, y aprendieron a tocar guitarra juntos.

—Que dices de esta, para cover?- le preguntó, poniéndole los auriculares para que escuche una canción.

— Me parece demasiado cursi. Busca algo más... realista o que se yo.

—Pero el flechazo de Cupido es realista! ¿jamás te enamoraste a primera vista?

—Claro que no. Es imposible, es decir, no puedes "prendarte" con una persona sin siquiera saber algo de ella. Debes pensar con la cabeza apropiada.- Sebastian rió.

—O un el, en tu caso.

—A lo que voy, no creo en esas cosas. Son una simple idea de cuentos.

—Si tú lo dices...

Siguieron buscando por separado. Daniel, las cuerdas, y Seb decidió ir a la sección de discos favorita de su amigo para encontrar algo que le agrade. Fue entonces que vio a alguien que escuchaba y tarareaba feliz una canción. Estaba usando el disco que él precisamente había ido a buscar. Le prestó atención y notó que era lindo, y le gustaría al rizado. "Ya veremos" pensó.

—Oye, mira a ese muchacho, Daniel.

El mencionado volteó y fue entonces que entendió a lo que se refería Seb. Ese brillo en los ojos y esa sensación única de "necesito acercarme y saber más de él. No puedo ni quiero perder la oportunidad de verle otra vez."

—Oye!

—eh? ¿qué?

—Que él está usando tu disco de Christina favorito, por qué no le preguntas si te deja compartir el audio.

—No... No hace falta. Ya tengo ese disco. Además, no lo conozco, no creo que...

—Ugh olvídalo eres imposible.

Sin embargo, ambos continuaron mirándolo de reojo, hasta que salían de la tienda. Entonces notaron que este se acercó a otros dos muchachos, y Sebastian reconoció a uno de ellos.

—Amigo! Ese es Lewis.- dijo apuntándole al moreno.

—Ese es tu crush?

—¡Si! Oh dios se conocen. Debemos ir con ellos.- Daniel entró en pánico.

—Claro que no!

—Ay vamos... Tanto miedo le tienes a ese mocoso? Ya no es un desconocido. Es conocido de Lewis.

—Pero...

—Están entrando al karaoke, andando.

Daniel suspiró y se dejó arrastrar.

Seb localizó a su chico en una mesa bastante adelante, por lo que fue a saludarlo. Este los invitó a sentarse y les dijo que su amigo Max iba a cantar.

—Eso es genial. Deberías ir tú también, Dan.

—¿Seguro? No quieres venir?- Su amigo asintió y negó..

—Sabes que me dan pánico estas cosas, y mi voz no es tan buena. Además, es tu oportunidad de impresionar a cierta persona.- agregó alzando las cejas sugestivamente.

—Así que también te gusta la música, Sebby?- le preguntó el moreno sonriendo. El otro empezó a contarle y entonces supo que su amigo ya estaba ido.

Se dio cuenta que Max salía del baño y se acercaba a ellos. Aun no estaba listo para conversar. Se apresuró a levantarse y acercarse al escenario para elegir una canción y presentarse. Sin pensarlo demasiado, eligió Beautiful.

Debía esperar que otra persona termine, así que se dirigió a la parte trasera del lugar. Se preparaba para cantar, con los nervios a flor de piel porque "él" estaría viendo. Pero entonces su querido amigo rubio apareció.

—Al fin te encuentro.

—Tengo miedo.

—Justo tu? Por favor. Sal ahí y brilla como siempre lo haces. Todo ira bien.

Le dijo para luego ir a sentarse a aquella mesa junto al resto. El rizado pasó al frente, y ojeó la letra, aunque ya la sabía, apareciendo en la pantalla.

—Oye brillaste ahí arriba.

Daniel se volteó a ver quién era y sorpresa! Era el chico de sus sueños.

—Oh! Gracias...

—Max.

—Daniel.

Estrecharon sus manos para saludarse, pero luego no se alejaron.

—Te gustaría cantar conmigo?- le dijo el rubio.

—En dueto?

—Si. Anda, luego te invito un helado. Me da pena subir solo al escenario.

¿Quien podría resistirse a eso?

—De acuerdo. Qué canción?

—Mouline Rouge, o podemos elegir una menos...

—No! Es decir, es de mis favoritas.

—La mía también. Igual a la que tu cantaste recién.

—Oh, si. Lo supuse porque la estabas escuchando en la tienda hoy.

—¿Me viste allí?- DIABLOS.

—Uh, sí, es que estaba buscando un disco y también cuerdas y fue casualidad y yo no quería molestarte pero entonces mi amigo quería acercarse a Lewis porque le gusta y...- Max soltó una risita y le tomo del brazo, acercándolo un poco.

—No te precipites, no te estoy reclamando nada. Solo me hubiera encantado escuchar música contigo. Ahora vamos.

No dijeron nada más y subieron a cantar.

Luego de eso, notaron que ambos de sus amigos se habían ido, dejándolos solos en el lugar.

—Veo que solo somos tu y yo.

Daniel rodó los ojos.

—Vamos por ese helado.

Los chicos salieron de ahí tranquilamente, sin notar que inconscientemente se habían tomado de la mano.