We're so hot together! (Pt. II)

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Aviso que hay smut malo...

El ansiado domingo había llegado y luego de avisarle a Lewis que estaba en camino, Sebastian paró en una tienda de chocolates y compró varios dulces para compartirle.

Luego siguió camino en su bicicleta hasta la bonita y acomodada casa donde vivía el moreno. Había un portón frontal que se abrió para que el pudiera entrar por el jardin y dejar allí su bici.

A su encuentro acudió Lewis y... Wow.

Lo primero que notó fue que sus gafas comunes fueron reemplazadas por unas redondas, de marco fino plateado brillante, combinando con un pequeño pendiente en forma de cruz colgando de su oreja izquierda, y uno esférico de la derecha.

La pulcra camiseta blanca que normalmente llevaba a la escuela dejó lugar a una negra escotada de cuello en V; a juego con la gorra que traía puesta.

Pero sus pantalones eran blanco tiza, de una tela tan delicada que Sebastian estaba seguro que valían más que su bicicleta.

El punto era que... Wow.

"Hey" Saludó Lewis, algo cohibido por su nada sutil mirada, pero conservando la sonrisa.

"Hey..." Supo responder. 

"Puedes pasar por aquí..." Dijo dándose vuelta e indicándole que lo siga.

"Oye tu... Luces increíble." Le dijo, casi sin aliento.

"Gracias, se que es algo diferente pero... Es de mis atuendos favoritos." El rubio se sintió halagado porque Lewis se hubiera puesto su ropa favorita para él.

"Es diferente, sí. Pero se te ve muy natural, me gusta."

Lewis siguió mostrándole la casa, hablando casi sin parar y Sebastian confirmó lo que en el fondo sabía; que bajo toda esa timidez y apariencia de perfil bajo, había una maravillosa personalidad, un estilo único y una belleza no solo genuina, sino también con rasgos de audacia.

"Seb?"

"Uh, que?"

"Quieres palomitas? Puedo preparar bocadillos y luego pasar un rato en donde más te guste."

El rubio maldijo mentalmente, apenas había prestado atención en la guía.

"Podemos ir al jardín, el día está lindo."

"Genial. Yo iré por la comida y vuelvo pronto. Por cierto..."

Lewis se acercó y rodeó con un brazo su cuello, escondiendo el rostro en su hombro por un instante antes de separarse.

"Gracias por haber venido aquí." Seb sonrió embobado.

"A tí por la invitación, es bueno no pasar el rato solo, para variar."

El moreno fue a la cocina y Sebastian se sentó en la mesa de picnic que había en el patio trasero. Dicha cocina estaba en la pared lindante y podía ver todo a través del gran ventanal.

Lewis estaba preparando jugo y palomitas, mientras parecía silbar una canción y se meneaba un poco al compás, como si estuviera en su propio mundo. El rubio no pudo evitar volver a observarlo de pies a cabeza, especialmente esa piel perfecta y la fina cintura que ese pantalón con faja acentuaba tan bien.

Diablos, siempre había podido controlar sus sentimientos y ser sutil cada vez que se reunía con él, enfocándose en el proyecto. Pero en ese momento, en verdad necesitaba pensar en otra cosa que no fuera arrojarse sobre Lewis, besarlo hasta quedarse sin aire y amarlo cada día de su vida...

"Ya estoy aquí. Oh y vi que trajiste chocolate, delicioso."

DIjo el dueño de casa sentado frente a él, devolviéndolo a la tierra.

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