The Help! (final: Carlos y Lando)

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Carlos volvía de pasar el día en el bowling con Checo y Max cuando notó una nueva notificación de Gmail en su PC. Un correo para el asesor de amores.

Luego de que Mick diera a entender que lo sabía y de su charla con Lewis y Sebastian, Carlos le había escrito a sus últimos solicitantes que, a pedido de las autoridades del instituto, ya no seguiría prestando sus servicios. Posterior a ello, eliminó la cuenta de su celular.

Pero la misma siguió abierta en su escritorio, y cuando vio quien era el último que le escribió, se puso pálido.

Lando.

Su Lando.

No. Suyo no. No iba a seguir engañándose. Lando estaba saliendo con alguien más. Alguien más listo, más guapo y con los que hacía falta para invitarlo a salir en público, sin miedo al rechazo y convencido de que eso era lo que quería.

Él debía resignarse a que había perdido su oportunidad. Aunque debía admitir que le generaba intriga que Lando le hubiera escrito. Quizá quería otro tipo de asesoramiento? ¿Algún consejo de regalo o de cómo invitar a Daniel a salir?

La curiosidad mató al gato y terminó por abrir el correo.

Era largo, largo y atrapante.

Hola tú.

Quería escribirte desde hace tiempo, pero la realidad es que apenas lograba entrar en término conmigo mismo, y con lo que siento. Esas son cosas que uno debe resolver solo, tu me entiendes.

Pero ahora sí sé lo que quiero, a quién quiero, mejor dicho.

Fueron unos meses muy confusos a decir verdad. Hasta hace nada, yo estaba seguro que lo mío eran las mujeres, pero como todos, tenía cierta excepción masculina. El problema era que esa excepción masculina no era Leonardo DiCaprio o Sebastian Stan, sino alguien que yo conocía, y que veía y frecuentaba casi todos los días.

A eso se le sumó que de la nada, el chico sexy más atlético y popular me invitó a salir frente a todos mis amigos y su equipo de fútbol y no pude más que ceder ante la presión y decirle que sí. No me quería imaginar lo que podía pasar con mi reputación o la suya si yo lo humillaba diciendo que no, además de que quizá podría sacarme unas cuantas dudas sobre mi sexualidad.

Y fue así como luego de nuestra "cita", que se podría resumir en que vimos un partido de NBA en su casa comiendo papitas, le aclaré mi situación y que sinceramente no estaba seguro de que él y yo pudiéramos tener algo. Yo estaba confundido y agregado a eso, éramos polos opuestos. Puedes creer que prefiere el fútbol americano por sobre el fútbol fifa? Era algo destinado al fracaso.

Carlos no pudo evitar soltar una pequeña risa ante eso, a la vez que sentía el nudo en su estómago desaparecer al enterarse que Lando no iba en serio con su compañero. Pero esto aún era información que no sabía cómo manejar, por lo que siguió leyendo.

La cosa es, que él obviamente me preguntó qué me hacía pensar que estaba confundido, y le conté de esta persona. Él comprendió perfectamente, y lo único que me aconsejó, es que si iba a tomar el riesgo, debía estar seguro. Porque esa era la única forma de no sentir culpa si las cosas salían mal. Eso me hizo mucho sentido.

Y la verdad es que durante esta semana y media, yo estuve apartado de éste muchacho, pasando tiempo con mis otros amigos y así intentar ver si él pasaba de mí, o yo de él.

Y fueron los peores días que pasé en mucho tiempo. No me había dado cuenta de lo mucho que él representaba en mi vida hasta ahora. Pasé horas mirándolo, no podía jugar videojuegos sin pensar o imaginar que estaba jugando contra él, y cuando lo veo disponer totalmente de mi, y coquetear con Calum y Checo como si nada yo... Quería llorar.

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