Bursting out (sewis)

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O donde un Seb orgullosamente no binario decide darle una pequeña sorpresa a su pareja.

N/a: estoy algo seca de ideas así que publico smut jajsjs. En fin, las advertencias de siempre, vayan a misa después y no lean esto con su familia cerca. Bye

Luego de retirarse de la fórmula uno, Lewis y Seb establecieron su nidito de amor en Suiza.

Allí, ambos podían hacer lo que quisieran.

Ser ellos mismos, y disfrutar su ansiado retiro siendo aún jovenes y enamorados como si fuera el primer día.

"Dulzura! Mira esto...." Le llamó Lewis a su pareja, que laboriosamente arreglaba el jardin.

Sebastian sonrió y fue a la sala, encontrándo como Lewis miraba embelesado un vestido de colección que cerraba un desfile de modas.

Era lindo, debía admitir.

Luego de asumir su nueva perspectiva de género, Seb se inclinó por usar prendas andróginas. Camisetas sin mangas, pantalones anchos, kilts, sweaters y una variada cantidad de sombreros, capelinas, gorros y gorras.

Lewis estaba feliz con ello, pero Seb conocía a Lewis lo suficientemente bien como para saber que el moreno tenía un punto débil por la femineidad. 

Lo percibía cuando sus ojos se iluminaban al ver a las modelos en pasarela, las revistas de moda, la cantidad de faldas y vestidos que le compraba a su sobrina, la lencería que una vez Sebastian le regaló para uno de sus primeros aniversarios -Pero que Lewis aun conservaba- y así, muchos ejemplos más.

Sin embargo, el moreno nunca compró ni usó ropa femenina, ni le pidió a él que lo hiciera, cosa que agradecía.

Lewis siempre fue respetuoso, amoroso y más que comprensivo con su persona. Siempre teniendo cuidado de no confundir sus pronombres, siempre advirtiendo a quienes lo hacían y manteniendo la paridad y homogeneidad de su relación, sobre todo en el sexo.

Lewis nunca asumió que él debía ser el activo o el pasivo, y las cosas se daban según el humor de ambos y las circunstancias del momento. A veces era él, a veces Sebastian.

Y así, las cosas funcionaban.

Pero la mente de Sebastian volvió a divagar, mientras veía la televisión con su esposo, a la idea de como se vería su delicado cuerpo en una de esas bonitas faldas de colegiala que ocultaban lencería abajo.

Y como tal vez, no le importaría, si s trataba de complacer a Lewis, de darle un intento.

***

Cuando Lewis volvió de su viaje a Norteamérica y se encontró con la imagen más sensual que hubiera visto en su vida, creyó que estaba soñando, o muerto en el paraíso.

Sebastian estaba sobre el mesón de la cocina, con sus piernas cruzadas y los brazos a cada lado de su cuerpo, sosteniendose levemente inclinado hacia atras.

La corta falda a cuadrillé apenas cubría sus muslos, y la camisa blanca, si bien correctamente metida dentro de la faja de la falda, estaba desabrochada hasta la mitad del pecho.

Su mirada subió hasta el rostro de su pareja, notando como éste parecía haber usado algo de rubor.

Todo ello, sin mencionar los rizos.

Sebastian se había dejado de cortar el cabello hace varios meses ya, dejandose crecer un fleco y el largo de su cabello rozaba los hombros.

Para esta ocasión, Sebastian obviamente habia hecho algo más. No supo identificar qué, pero Sebastian tenía el cabello y su fleco rizados, y acomodados de una forma similar al estilo clásico de Marilyn Monroe.

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