The Help! (Pt. III: Mick y Callum)

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Callum miraba fastidiado como Mick rechazaba con cautela a Marie, la chica nueva que se le insinuaba por cuarta o quinta vez a su amigo.

Aunque bueno, él jamás pensó en Mick como amigo. Le gustó Mick desde el momento que sus ojos captaron su abrumadora belleza y vibrante personalidad. Era un rayo de sol, quizá demasiado amable y tierno para su bien.

Y él no era el único en notarlo. A Mick tanto chicos como chicas le hacían fila para invitarlo a salir, hacer la tarea juntos e incluso acompañarlo a casa.

Cosas de las que por suerte, se encargaba él.

No de invitarlo a salir, claro está. No quería que Mick piense que todo ese año que llevaban siendo amigos estuvo aprovechándose de él y que solo lo quería para otras intenciones.

Pero hizo lo imposible para darle a entender al otro que estaba disponible y que podía ser todo lo que Mick quisiera y necesitara.

Pero tratándose de Mick, quien era la ingenuidad en persona, nada funcionaba.

El coqueteo y los apodos eran percibidos como platónicos y adorables.

Los celos, como sobreprotección.

Los abrazos y caricias como muestras de afecto inofensivas

Ya se le habían acabado las ideas sutiles. Y definitivamente no iba a cruzar ninguna línea como intentar besarlo sin su consentimiento o tomarlo por sorpresa.

Debía haber otra forma.

Y cuando el aviso del "cupido misterioso" como lo llamaba Mick se hizo presente, se sintió como una ayuda celestial. Eso, sin mencionar que aparentemente varios ya le habían escrito y de pronto el instituto rebalsaba de amor por los pasillos. Sería un idiota si él tampoco lo intentara, y si era una broma pues, también le funcionaría.

Hola cupido. Vi tu aviso en los tabloides y en verdad necesito tu ayuda. Iré directo al grano: Necesito que Mick sepa que lo amo, que mis sentimientos por él van más allá de lo platónico y de que en verdad quisiera ser el afortunado con el que se le iluminan los ojos, se sonroje y haga que su corazón de un vuelco de felicidad.

Ya no soporto celarlo en silencio, sufrir cada vez que otros y otras lo intentan seducir, poner excusas para cuando me pregunta si salgo o no con otras chicas y ocultarle las angustias que me genera anhelar a quien no puedo tener.

Espero sepas que hacer, y si no, valió la pena el intento.

desde ya gracias, Callum.

***

El asesor terminó de leer y no pudo evitar emocionarse al punto de aguantar las lágrimas. Le conmovían las palabras de Callum, cargadas de un amor tan sincero que él mismo se veía reflejado en ellas. Pero claro, su situación era diferente.

El asesor dejó de pensar en su propio amor para pensar en cómo demonios ayudar a Callum, y hacer lo imposible para que Mick se de cuenta de la maravillosa persona que tiene al lado.

Y quizá esa era la clave.

Hacerle dar cuenta, y hacerle sentir que tarde o temprano, aquello podría acabarse.

Se le ocurrió un plan arriesgado, quizá algo vulgar y desesperado; pero si aquello salía bien, sería eficiente al cien por ciento.

Como dijo Callum, valía la pena intentarlo.

***

Mick estaba jugando una partida de ajedrez en línea cuando una notificación de su correo electrónico lo sobresaltó.

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