Body Worship (Sewis)

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O de cómo Lewis se siente inseguro y Seb hace algo al respecto.

n/a: Aquí hay smut poco explicito, pero aviso por las dudas. Es lunes, es temprano y Lewis no tiene la culpa que por un post de instagram yo escriba esto... Bueno sí. Tiene la culpa.


"Ahora, déjame apreciarte por completo."

Lewis jadeó al sentir como Sebastian lo despojaba de su última prenda, a su vez que dejaba una mordida en su espalda baja.

Se tomó su tiempo para hacerlo imposiblemente lento, acariciando sus piernas todo hasta llegar a los tobillos y finalmente quitar del camino la ropa interior, dejando al moreno completamente expuesto.

"Amo tus piernas, sabes? tonificadas y fuertes."

Él no respondió, el rubio le había prohibido hacerlo, pues sabía que lo más probable es que lo contradijera, diciendo que no era para tanto, haciéndose menos. 

Sebastian aprovechó que Lewis estuviera boca abajo y no lo veía, para sentarse sobre su trasero y continuar el recorrido de besos y caricias a lo largo de sus hombros y espalda.

"Este es de mis favoritos." Dijo delineando las alas allí presentes.  "Te representan completamente. Etéreo y angelical, eres en verdad un ángel." 

Lo hizo extender sus brazos hacia adelante, a su vez que él se estiraba sobre su cuerpo para llegar hasta sus manos y entrelazarlas.

"No me sueltes, de acuerdo? te tengo. Siempre lo haré."

Susurró en su nuca, para luego dejar un beso allí, y mover sus labios hasta su oreja, besando cada uno de los pendientes que la adornaban.

"No importa que tanto digan sobre ellos, yo amo tus pendientes. Amo como brillan cada vez que la cámara los captura, te hacen ver aún más hermoso."

El rubio luego enterró su rostro en el cabello rizado y suelto, e inhaló profundo; haciendo que la piel de Lewis se erizara por completo. Sebastian sonrió.

"También me encanta que aún logre causar ese efecto en ti. Porque sin dudas tu piel es tu mejor atributo... Sensible, perfecta... Me recuerda al chocolate. Y tu sabes que yo amo el chocolate."

Lewis gimió al sentir otra mordida, justo en su omóplato, uno de sus puntos sensibles.

Una de las manos se liberó para acariciar sobre su cadera, donde un par de centímetros por debajo del hueso pélvico, se encontraba tatuada una pequeña inscripción. Una especial para ambos.

"Y lo mejor de todo es que es mía."

Sebastian entonces le indicó que se diera vuelta, a su vez que el rubio terminaba de desvestirse.

Pero a diferencia de las demás veces donde hacían el amor, Sebastian se quedó de pie frente a él, observándolo de pies a cabeza.

"No no, no te cubras. Mirame"

Le advirtió a un sonrojado Lewis que se había encogido por instinto. Pero centró sus ojos en los de Seb, completamente nublados de deseo, pero sin hacerlo sentir sucio.

Porque Sebastian sabía que decir, como mirarlo, como hacerle entender que no había nada de malo en él, ni por su color de piel, ni su sexualidad, ni su bandera política ni mucho menos su apariencia física.

Porque para Sebastian, él era perfecto. Un ángel, un dios, alguien que deber ser valorado. Y nunca se cansaba de demostrárselo.

"Te amo."

Y ahí estaba. Dos palabras más que simples que lo hacían querer llorar y reír al mismo tiempo, como cuando llegas a la realización de algo que siempre quisiste.

Amor, aceptación, felicidad.

Tres cosas que supo encontrar en el hombre que ahora estaba sobre él, besándolo y haciéndole sentir que llegaba al cielo.

Racing Drivers Gay ShitDonde viven las historias. Descúbrelo ahora