Trying to catch happiness (Sewis)

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Hey!
Escribo esto medio angs a modo de canalizar mi miedo a que mi ship favorita se separe😭

Lewis golpeó la puerta con la misma expresión seria que mantuvo todo el día, por no decir todo el fin de semana. No se sentía bien, y  el auto no estaba en condiciones, pero su animosidad pasaba por otro aspecto de su vida, aquel que se envolvía a la persona tras esa puerta, que ahora se abría, dejando ver a un tímido Sebastian.

—Gracias por aceptar mi invitación.-  Decía, dejando pasar al inglés.

Él no respondió, sus ojos fijos en la cena servida en el gran salón de la nueva casa del rubio.

—Puedes lavarte las manos y sentarte a comer. Ya está todo listo.

—Gracias.

El moreno hizo lo indicado, y cuando volvió de la cocina se sentó frente a Sebastian, quien acababa de prender dos velas que yacían sobre la mesa.

Hasta ese momento no se había percatado del grabador, y la lenta y tranquila música que reproducía.

Comieron despacio, mirándose de vez en vez, pero sin conversar. No era incómodo, comer en silencio era algo que ellos usualmente disfrutaban, pero esta vez era diferente.

—Necesitas ayuda con los platos?-   Preguntó por cortesía. El alemán negó.

—De hecho, quiero que me sostengas.

—Como?

—Y bailemos. Por favor, solo eso.

Lewis miró hacia abajo. Su ceño fruncido y ojos apretados.

—Seb...

—Lew.

Y cuando devolvió su vista al frente, se topó con el rubio a escasos centímetros de él. Su mano se extendía, y el simplemente la tomó.

Sebastian lo rodeó con su brazo libre y puso su cabeza en el espacio entre su hombro y cuello. El moreno respiró profundo e hizo lo propio, estrechándolo fuertemente y meciéndose en el lugar hasta que la canción terminara. No podía negarle eso a Seb.

No podía negarle más nada a Seb.

Segundos después el rubio se volvió a enderezar, poniendo una mano en su mejilla y sonriendo levemente, pero esa sonrisa volvió a desaparecer apenas vio que Lewis seguía igual de pasivo, inerte y frío que cuando le confesó que dejaría a su esposa, su casa y toda su vida en Suiza; y que se mudaría a Inglaterra para que ambos pudieran empezar de cero, ser libres y no debieran preocuparse de nada que no sean ellos.

Dicha noticia aún pesaba sobre los hombros del inglés. Pesaba y mucho. Porque ahora Sebastian era casi acosado por la prensa, preguntándole sobre su tan preciada vida privada, viviendo solo en Inglaterra, casi sin poder verlo, y cuestionado en su propio ámbito familiar por haber roto lo que los cristianos llaman la unidad familiar, la esposa y los hijos. Además de haber dispuesto de ciertos bienes tan preciados para él para financiar un divorcio tranquilo, abundante y sin mayores complicaciones.

Todo eso, sumado al agotamiento emocional que llevaba asumir una relación con Sir Lewis Hamilton, y su mal carácter, su inagotable fuente de drama, etcétera etcétera etcétera...

El moreno le dijo que necesitaba ciertos días para asimilarlo. Esos días se convirtieron en semanas, y de pronto la pretemporada había llegado y el no se sentía digno de asumir su rol.

Evitó al rubio lo más que pudo, pero cuando recibió el mensaje de audio, en el cual una voz quebrada le pedía acercarse y hablar... Tomó todo lo que tenía y manejó hasta esa casa.

Volvió a la realidad, donde un preocupado Seb se separaba de su torso y lo miraba como a un desconocido.

—No lo entiendo, Lewis. Te juro que lo intento pero no comprendo cuál es tu problema.

—Mi 'problema' debo resolverlo yo. Solo. No vine a hablar de eso. Vine aquí porque me preocupaste.

—Yo te preocupo? Eres tú el que de repente despareció! Y cuando finalmente nos reencontramos tu solo... Me evades como si tuviera lepra!

—No lo entiendes!

—Hay alguien más?

—Que!? Claro que no.

—No quieres seguir conmigo y no sabes como decírmelo? Dime que demonios te pasa.

—No lo se. Por eso creo que necesito algo más de tiempo.

—No.-   Dijo Sebastian irradiando furia.—No te dejaré huir de la situación otra vez. No cuando tienes algo contra mi y nisiquiera me dices qué. Si te vuelves a ir, significa que ya no me amas y no volverás a esta casa.

—No me hagas esto, por favor...

—Eliges tu.Lo que ves es lo que hay. Tomalo o déjalo. Sin arrepentimientos ni dudas.-  El inglés dio un paso al frente.

—Dejame entonces ponerte en la misma situación que me pones tú, preguntarte a ti si no tienes arrepentimientos o dudas.-  Seb abrió la boca y respiró hondo como si hubiera sido golpeado.

—Es eso entonces? Dudas de mi?

—No, oye.-  Pero el rubio se dio vuelta, y en ese momento un trueno resonó en toda la casa.

—No te he dado suficiente confianza? Amor?

—Seb...-  Volvió a intentar con la voz quebrada, al ver a su amado desmoronarse frente a él.

—Lewis yo... Yo no se qué más ofrecerte. No tengo más nada, porque lo di todo...Maldición lo di todo por ti!

—Lo se. Y jamás podría pedirte más. Eres perfecto Sebastian, y nadie me querrá como tu lo haces.

—Entonces...P-Por que me haces esto!? Se que me amas, por qué nos lastimas así?- El mencionado no estaba mucho mejor que él. Lágrimas brillantes rodaban por sus mejillas.

—Porque todo es mi culpa. Porque justamente ahora que saliste conmigo no tienes nada, y tu mereces el mundo. Yo no podré ser feliz sabiendo que te hice daño.

El rubio se acercó a paso veloz hasta donde estaba, por lo que Lewis se alejó corriendo, saliendo del salón, y de la casa sin percatarse de que llovía, por lo que frenó en la húmeda vereda de entrada,  dejando que Sebastian lo alcance.

—Mi amor por favor, tu no me hiciste perder nada. Yo solo quiero estar contigo, y hacerte feliz, y que envejezcamos juntos en una casa en la playa, escuchando musica, tocando la guitarra y mirando el sol ocultarse en el mar. Solo eso, entiendes?-  Lewis se aferraba a ese sueño con toda su fuerza de voluntad, tan hermoso que se oía de los labios de su hombre.

—Pero y tu vida..?

— No me importan los autos, la casa, mi ex esposa... No me importan Lew. Solo mirame y dime que quieres lo mismo que yo.

Las gotas de agua de apoco los cubrían, empapándolos, y quizá fue eso lo que ayudó a Lewis a concebir que en verdad, nada más importaba. Fijó sus orbes en aquellos tan claros que reflejaban la tormenta desplegándose sobre el cielo.

—Sì, claro que quiero.

—Lo prometes?-  murmuró rodeando su cuello.

Lewis lo tomó en brazos, elevándolo del suelo para luego estrellar sus bocas juntas, dejando que toda su angustia sea lavada por la lluvia, y que se llevara todo.

—Te amo.- respondió para sellar el pacto.

Sebastian le creyó.

N/a: 100 días gente, sin contenido Sewis. Y hoy ni siquiera se miraron, así que o Lewis estaba de mal humor o mis reyes se pelearon. Quiero y necesito se amiguen otra vez y por eso decidí escribir una reconciliación (no, no tengo poderes psíquicos pero una no pierde nada intentando che)

Racing Drivers Gay ShitDonde viven las historias. Descúbrelo ahora