LA ASISTENTE DE LEO ✔️

CAPÍTULO IX

Hoy me levanté muy temprano por la mañana para limpiar el apartamento, estoy exhausta esto es gigantesco, debería haber pedido el servicio de limpieza. Hoy me siento con muy buenos ánimos así que conecto mi celular a los altavoces y selecciono "One Dance" de Drake, mientras preparo el desayuno.

That's why I need a one dance
Got a Hennessy in my hand
One more time 'fore I go
Higher powers taking a hold on me
I need a one dance
Got a Hennessy in my hand
One more time 'fore I go
Higher powers taking a hold on me

Canto y me muevo al ritmo de la música, esto aumenta mis ánimos a otro nivel. Cuando viene mi parte preferida trato de afinar un poco mi voz, ya saben esa parte favorita de la canción que te gusta y tratas de cantarla como si fueras Beyoncé.

— Baby, I like your style —Canto al mismo tiempo que muevo mis caderas.

— ¿Practicando las maromas que harás en el circo?

Doy un brinco al escuchar su voz y cuando me doy vuelta lo veo, tiene una gran sonrisa burlona en su cara.

— ¡Mierda, me asustaste! ¿Hace cuánto tiempo que estás ahí?

— Lo suficiente como para saber que bailas como mono —Maldito.

— Que vergüenza.

— Pero cantas bien.

— ¿De verdad?

— Sí, bien feo — Termina de decir y deja salir una gran carcajada. Se ve tan guapo cuando sonríe, pero que estoy diciendo, se acaba de burlar de mí.

— ¿Eres capaz de destruir la poca autoestima de una persona en segundo lo sabes?

— Lo siento, no era mi intención — Replica falsamente apenado

— Pensé que no conocías esa palabra — Oigan, esperen un momento. —¿Cómo llegaste hasta aquí sin mi ayuda?

— Con las muletas —Dice balbuceando.

— ¿No que estaban malas, mentiroso?

— Ya, olvídalo —Niego con la cabeza al escucharlo. —¿Qué estás cocinando?

— Omelette con jamón y queso, ya está listo — Le sirvo su omelette y se lo entrego.

— ¿Tú no vas a comer?

— No soy muy fan del huevo, voy a comer cereal con frutas

— De acuerdo, gracias por el desayuno

Nos sentamos a comer en la isla en silencio, una vez terminamos yo lavo los platos.

— Gianna, necesito tu ayuda

— Pero sí ya puedes caminar solo.

— Necesito que me ayudes a meterme a la tina  —Oh no, no otra vez. Él parece adivinar mis pensamientos porque recalca. —Es solo para que me ayudes a entrar

— No, no tengo que recordarte lo qué pasó la última vez que mencionaste la palabra tina.

— ¿Aún no lo olvidas? ¿No te gustaría verlo de nuevo? —pregunta el muy cínico. —A juzgar por tu cara ese día puedo decir que te gustó.

—Lo que me obligaste hacer fue repulsivo — no voy a negar que me impresionó, pero eso es algo que él no tiene por qué saber.

—Claro —replica irónico. —Todo lo que necesito es que me ayudes a entrar, me meteré con la ropa interior puesta.

— Más vale que no hagas una tontería.

— Ya te dije que no, apúrate que apesto. Y tú deberías hacer lo mismo, también apestas.