CAPÍTULO XII

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Entro de nuevo a su recámara, ahora con mi plato de comida. Voy a sentarme en el sillón que está alejado de la cama cuando

— Siéntate aquí.

— No quiero ensuciar tu colchón.

— No lo harás, apúrate que tengo hambre y te he esperado para comer.

— De acuerdo...

Me siento en su cama, y los dos comenzamos a comer en silencio

— ¿Jace se fue hace mucho?

— Algo, dijo que no quería molestarte por eso no se despidió — El se queda pensativo, pero no dice nada más, hasta después de un rato.

— ¿Quieres ver una película? — Hago una mueca de extrañeza al escucharlo. — No pongas esa cara, solo di si quieres o no

— Está bien —Tomo el control y me meto a Netflix. —¿Cuál quieres ver?

— Nada de romance .

— Mmm ¿una de terror? —Pregunto y él asiente — ¿Qué te parece esta de la Monja?

— ¿La has visto antes? —Yo niego —Bien veamos esa.

Selecciono la película y esta empieza a reproducirse. Debo ser honesta, realmente no soy fan de las películas de terror, si he visto una que otra que no dan tanto miedo, espero que esta entre en esa categoría y pueda dormir después de esto.

Han pasado varios minutos en los que no pasa nada trascendente en la película hasta que la escena frente a mis ojos me hace soltar un grito de pavor

—¡LA SANGRE DE CRISTO TIENE PODER! — La maldita monja apareció colgada en la abadía ¡La maldita monja apareció colgada!

— No me jodas, ni siquiera da miedo.

— ¿¡Qué no da miedo!? Casi me cago del susto.

— Pues bájate de mi cama, que si te cagas no la vas a querer lavar.

— Era una manera de decir tonto —contesto, haciéndolo reír milagrosamente. 

Luce muy guapo, mas de lo que ya es, cuando sonríe. 

Yo tengo la mitad de mi rostro cubierto con una almohada, ya que no puedo evitar taparme los ojos, cuando la monja satánica aparece. Ya casi estamos al final de la cinta y yo estoy cagada a más no poder. En mi vida vuelvo a ver esta estúpida película.

— Maldición, el chico quedó endemoniado — Menciono cuando al final aparece el chico con la marca.

— Es una película Gianna —Exclama restándole importancia.

— ¡Está basada en hechos reales!

— ¿Y tú les crees? Es puro marketing, mejor ve a dormir que ya es tarde —Ya me hubiera ido si no tuviera terror de caminar sola por el pasillo, idiota.

— Bien, que descanses.

Me levanto lentamente de la cama y me dirijo hasta la puerta, la abro y noto que las luces del pasillo están apagadas. Maldición y tenía que apagar las luces antes de venir hasta acá.

Llenándome de valor cierro la habitación de Leo y a toda velocidad corro por el pasillo como si mi vida dependiera de ello.
Cuando llego a mi cuarto siento que el alma me regresa al cuerpo, tenía la sensación de que la monja me iba a raptar en la oscuridad.

Voy al armario para buscar algo cómodo para dormir; elijo una camiseta holgada con unos pequeños shorts, me coloco la ropa y luego voy al baño a cepillar mis dientes, salgo del baño y apago las luces rápidamente. Me arrojo a la cama y me cubro de pies a cabeza con la cobija, llevo un rato aquí dentro y no puedo dormirme la cara del maldito demonio de la película no sale de mi cabeza, estoy sudando y siento que me asfixio, pero no voy destaparme, es mi única protección.

LA ASISTENTE DE LEO ✔️Donde viven las historias. Descúbrelo ahora