La tía Maggie, Ethan, Adam y yo estamos en un estado shock. Nadie se mueve de donde está, y extrañamente la única que no se ve sorprendida con la situación que estamos viviendo en este momento, es mi mamá. Por lo tanto, se hace muy obvio para mí saber que ella es la responsable de que la familia de Adam este aquí.
— ¿¡Qué hacen ustedes aquí!? —les espeta Adam a sus padres, y yo giro para ver a mi amigo, que en pocos segundos su rostro se ha vuelto rojo de la ira.
— Hijo —trata de formular Claire, la mamá de mi amigo, pero él impide que siga hablando.
— No, quiero saber ¿Por qué están aquí? —exclama en tono de voz endurecido.
— Adam, yo los invité —interviene mi mamá, y aunque lo sospeché, que lo haya admitido con tanta tranquilidad; también me enfurece ¡Como se le ocurre!
— ¿Perdona? —manifiesta mi amigo, dedicándole una mirada de desconcierto a mi madre.
— Hijo, solo pasábamos a saludarte; Queríamos verte, tu hermana quería verte —explica su mamá, mientras su padre solo lo observa sin expresión alguna, y su hermana en cambio, se nota algo nerviosa, pero con una extraña expresión de felicidad al ver a su hermano.
— Vaya, después de dos años sin preocuparse de si estaba vivo o muerto ¿Se acordaron de que su hijo gay existía?
— Por favor, Adam. No queremos discutir —interfiere su padre.
— Y yo mucho menos, así que para evitar una molestia mejor váyanse —le responde el tratando de calmarse.
— Adam, no seas irrespetuoso con tus padres —dice mi madre. —Hace mucho tiempo que no saben nada de ti, y solo quieren verte.
— Si lo que querían era verme, ya lo hicieron.
— Hijo, por favor. Te hemos extrañado mucho, y...
— No me importa lo que tengas que decir, mamá.
— Muy bien, creo que ya es hora de que por fin nos vayamos —interviene la tía Maggie. — Cuídense y que pasen una buena noche todos —ella e Ethan salen de la casa, y Adam se retira del recibidor, con una cara de molestia.
— Pueden entrar —les dice mi mamá, a la familia de mi amigo. Y al parecer no se está dando cuenta de que esto solo puede empeorar, gracias a su horrible idea.
— Gianna, de verdad me alegra mucho verte después de tanto tiempo —expresa ella acercándose tratando de abrazarme, pero yo doy un paso hacia atrás, alejándome de ella.
— No quiero sonar irrespetuosa, pero no creo que sea buena idea que estén aquí, y de esta forma.
— Gia —me nombra mamá, poniéndome una cara de que cierre la boca en este instante, pero no lo haré, estos señores me van a escuchar.
— Nada de Gia, mamá —enuncio. —Esto no se los digo de mala manera, pero su presencia afecta mucho a mi amigo. Y ustedes saben muy bien porqué.
— Por eso mismo estamos aquí, Gianna. Estamos arrepentidos de nuestras actitudes y todo el tiempo en el que nos hemos alejado de Adam. Y créeme que nos hemos intentado comunicar en los últimos meses, pero nos tiene bloqueados de todas sus redes... —Já, y ahora se hace la víctima, después de como lo han tratado.
— Y con mucha razón ¿no lo creen? —replico encarándolos. —Es que por Dios, lo sacaron de su vida como si fuera un fenómeno, solo porque le gustan los hombres. ¿Entienden lo estúpido y horrible que es eso, y más viniendo de sus propios padres?
— No es necesario que nos recuerdes nuestros errores —abre la boca por fin, su padre. —Como te dijo mi esposa, sabemos que nos equivocamos y por eso estamos aquí.
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LA ASISTENTE DE LEO ✔️
JugendliteraturGianna Coleman, una recién graduada universitaria logra conseguir un empleo como asistente personal de su cantante favorito y además amor platónico, Leo Hertzman. Ella piensa que este será el trabajo de sus sueños, hasta que conoce al verdadero homb...