CAPÍTULO XIX

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Hoy es el día, hoy tendré mi cita con Jace; me siento muy emocionada, ansiosa y demasiado nerviosa. Espero que todo resulte bien, especialmente con Leo, eso me tiene muy preocupada, espero que se crea todo el teatro que armare con Keyla para que me deje salir, y más que hoy que se levantó con un mal humor, que yo sé, solo significa una cosa: este hombre necesita sexo urgente. No es que yo sepa mucho de la vida sexual de Leo, nunca lo he visto traer una chica al apartamento, pero que no lo haya hecho aquí no significa que tampoco lo haga hecho en otro lugar. Lo que sí sé es que lleva más dos semanas enteras sin acción, se ha de sentir frustrado en ese ámbito, ya saben.

Ahora me encuentro en mi habitación eligiendo la ropa perfecta para mi salida, Jace me dijo que pasaría por mí a las seis de la tarde y que me vistiera casual. Eso me hizo entender que no me llevará a un lugar de estirados, y me encanta, no me siento cómoda en ese tipo de ambiente, siento que todos te juzgan con la mirada. No me quiso confesar a donde me llevara específicamente, pero sé que esta noche promete.

Como a eso de las cinco ya estoy completamente lista, me puse una camisa negra estilo crop, jeans ajustados color negro y unos air force 1 de plataforma blancos, le hice a mi cabello unas ondas playeras y por último un maquillaje ligero. Me gusta como veo, luzco casual pero arreglada, tampoco esperaban que me iría con una minifalda, tacones quiebra talones y tres kilos de base en mi cara, eso jamás, me gusta lo sencillo.

Según el plan acordado con Keyla ella tiene que entrar al apartamento como a eso de las 5:40 para que así nos dé tiempo de bajar a las seis. Exactamente a las cinco y cuarto, tomo mi celular junto con algo de dinero y los meto en el bolsillo de mi pantalón, no llevo bolso porque será completamente extraño que en una situación imprevista yo ya este con la cartera colgada antes de tiempo; salgo de mi habitación, todo con la intención de que Lionel me vea ya vestida y no note que lo hice por algo en especial, entro al salón y lo veo sentado en el sofá con su portátil tecleando algo. Cuando siente mi presencia levanta su rostro, analiza mi ropa y frunce el entrecejo: sé que en menos de tres segundos me dirá algo, tres, dos, uno...

— ¿A dónde vas? —¡Ja, se los dije!

— A ninguna parte.

— ¿Y por qué te has vestido así?

—¿Acaso no me puedo arreglar?

— No acostumbras a hacerlo.

— Pues perdóname por querer dejar de andar en fachas —le contesto fingidamente molesta, me dedica una última mirada incrédula y regresa su vista al portátil.

Me encamino hasta la cocina para poder sacar mi teléfono y mirar la hora, lo saco y noto que ya casi es el momento. Estoy tomando un vaso con agua cuando escucho un grito que por poco hace que me derrame todo el líquido encima.

—¡GIANNA! —escucho el grito angustiado de Keyla y salgo rápidamente de la cocina para encontrarme con mi amiga discutiendo con Leo.

—¿¡Quién carajos eres y qué haces dentro de mi casa!? —Le pregunta él molesto.

Yo decido intervenir y me posicionó hasta donde están ellos.

— ¿¡Keyla que te sucede!? —Que comience el show.

— ¡Mi prima Dona, tuvo un accidente y está en el hospital! —Dice con rostro afligido y fingiendo estar a punto de llorar. —Por favor necesito que me acompañes Gia.

— ¡Explícame de una buena vez quien demonios es esta mujer Gianna!

— Soy Keyla, su mejor amiga y lo siento por haber entrado así, pero necesito que venga conmigo —Leo sigue con su mirada dura y me ve fijamente.

LA ASISTENTE DE LEO ✔️Donde viven las historias. Descúbrelo ahora