Capítulo 32

2.8K 160 754
                                    

Se removió un poco, haciendo una mueca cuando el dolor se hizo presente en su trasero. Sintió a alguien presionarse en su espalda, y la respiración acompasada de otra persona frente a él. Se acomodó en la calidez, soltando un suspiro satisfecho.

La mano que se hallaba en su pierna se movió hasta su trasero, acercándolo más inconscientemente. La otra mano, que estaba cerca de su pelvis, hizo lo mismo, por lo que abrió los ojos con un suspiro inconforme. Jaemin y Jeno seguían dormidos, probablemente agotados de energía por lo que habían hecho ayer. Se encontró deseando volver a dormir, sin despertar por varias horas o días; sólo entre los brazos del par.

Jeno, a sus espaldas, se removió vagamente, acariciando con su nariz la piel a su paso. Captó su olor con más insistencia, tratando de llegar a su cuello para respirar más de él. Renjun lo detuvo, apretando la mano en su pecho suavemente. El mayor se presionaba sobre su espalda baja sin darse cuenta.

Olfateó su nuca y le dio un beso. ―Buenos días ―fue lo primero que dijo. La voz tan grave como cada que despertaba.

Renjun giró su rostro un poco para poder verlo. ―Buenos días ―respondió en voz baja, tratando de no despertar a Jaemin.

Las pupilas de Jeno se agitaron rápidamente, por lo que dedujo que trataba de aclarar su visión. ―¿Te duele? ―preguntó, acariciando su pecho.

Renjun hizo una mueca, sonriendo. ―Un poco al moverme. No lo había hecho antes ―admitió. Jeno asintió.

―Yo tampoco ―dijo con simpleza.

El menor se mordió el labio. ―¿Te disgustó que Jaemin... que él también me tocara? ―preguntó finalmente. Necesitaba estar seguro.

Jeno miró al nombrado, que todavía dormía, buscando más del aroma del cabello de Renjun. ―No ―se sinceró. Miró al castaño―. No en realidad ―guardó silencio antes de continuar―. Eres nuestro ―repitió nuevamente―. Ambos podemos tocarte. Incluso frente al otro ―parecía que había estado pensando aquello desde hace un tiempo, como si se lo recordara a si mismo todos los días.

Renjun sonrió suavemente, asintiendo. ―Sí, estamos juntos. Así que Jaemin puede tocarme y tú también ―murmuró con cariño. Jeno se acercó más para darle un abrazo, subiendo la mano que estaba en su pelvis hasta ponerla junto a la otra.

Jaemin se despertó por el movimiento, alejándose un poco del menor con los ojos cerrados. Los abrió de pronto, sin realmente ver lo que tenía en frente. Parpadeó con pereza y saboreó el aliento matutino, detallando el rostro del menor con sus ojos.

Le sonrió seductoramente. ―Hey, nene. Buenos días ―ronroneó, dándole un beso en la frente. Su voz tan grave como siempre al despertar.

Renjun sonrió amorosamente. ―Buenos días, ¿dormiste bien? ―el mayor asintió, sin dejar la sonrisa.

Pleasantly ―murmuró con la voz más seductora que Renjun había escuchado. Se estremeció. Jaemin miró entonces a Jeno, que todavía abrazaba al menor―. ¿Charla matutina? ―mencionó divertido.

Renjun sonrió del mismo modo y asintió. ―Sí ―respondió, igual de divertido.

Jaemin se acercó como un depredador. ―¿Y de qué hablaban? Si se puede saber ―comenzó a darle besos en las clavículas.

Renjun casi se ríe por el camino de la conversación. ―De que tú puedes tocarme y Jeno también, así que no deben molestarse cuando el otro lo hace ―el mayor se detuvo, separándose para ver al castaño.

Soltó una ligera risa. ―No es justo hablar de eso a primera hora de la mañana ―lo acusó, acostándose en la almohada nuevamente.

El menor sintió a Jeno besar su hombro. ―Lo es cuando se trata de ti. Eres muy persuasivo, Nana, así que tengo que convencerte de alguna manera ―Jeno soltó uno de sus brazos, por lo que Renjun pudo acariciar la mejilla de Jaemin.

Celestial [NoRen / RenMin]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora