Celestial [NoRen / RenMin]

Capítulo 12

Lo primero que sus ojos observaron al abrirlos, fueron los propios del castaño. Sus pupilas se veían un tanto dilatas por recién despertarse –aparentemente-, y su rostro lucía tan en calma que hizo al menor contagiarse al momento. Se miraron por largos minutos, pareciendo incluso horas, sólo perdiéndose en los ojos del contrario.

Renjun tenía la sábana subida hasta la cintura, preguntándose en qué momento ésta bajó tanto o cuándo dejaron de abrazarse. Su ceño se frunció un poco ante ello, pero prefirió dejarlo pasar porque no quería romper la burbuja que ambos habían causado inconscientemente.

El rubio sonrió lentamente. ―Buenos días ―susurró tan bajo como pudo.

Jeno miraba su rostro detalladamente. ―Buenos días ―contestó de igual modo. Renjun se sonrojó ante la cercanía, extrañado por el arrebato de su cuerpo, dado que anoche habían estado mucho más cerca el uno del otro.

Pareció que Jeno también pensaba en lo mismo, porque se acercó a él en ese momento en busca de estrecharlo entre sus brazos. El menor se dejó, consciente de lo mucho que probablemente harían esto más seguido. No se quejaba después de todo. Por suerte no tendrían clases hasta las 9 de la mañana, por lo que podían disfrutar de un tiempo juntos antes de salir de la cama.

No importaba, los brazos del mayor eran lo suficientemente reconfortantes como para dejarse llevar.

Se quedaron así, en los brazos del otro, buscando poder olvidar el mundo exterior y sólo centrarse en el calor del momento. Un suspiro brotó de sus labios ante el alivio del contacto y la seguridad con la que podían demostrarse afecto sin rechazo o inconveniente alguno. Se dieron la oportunidad de disfrutar tanto como pudieron antes de tener que dejarse ir.

Una hora después de las 7am (hora en que iniciaban sus clases normalmente), ambos tuvieron que separarse sin muchas ganas. Jeno se dio un baño exprés mientras Renjun iba por los uniformes de ambos en la habitación de su madre, quien los había planchado. Regresó para darle el suyo al mayor, quien ya estaba fuera del baño goteando agua por las puntas de su cabello. El menor estuvo tentado a secar él mismo su cabello con una toalla, pero sabía que tenía que ducharse también.

Cuando estuvieron listos, desayunaron rápidamente, y se despidieron de la madre del menor antes de salir por la puerta. Afortunadamente, el transporte no tardó en el camino, por lo que llegaron sólo un par de minutos tarde. Jaemin lucía particularmente molesto ante ello, culpando al castaño con miradas irritadas, pero besando juguetonamente la mejilla del rubio.

La clase entera Renjun prestó total atención, al igual que el resto de sus amigos, menos Haechan, quien parecía debatirse entre dormirse o distraer a Mark en cuestión; Jaemin, quien miraba las pestañas del menor junto a él mientras éste escribía sus apuntes; y Jeno, el cual también observaba al rubio, recordando su abrazo de minutos atrás.

Cuando terminaron sus primeras clases, el grupo de amigos se dirigió a la mesa que tomaban siempre para comer todos juntos. Jeno se aferró a su cintura, colocando su barbilla en el hombro derecho del rubio, mientras éste comía tranquilamente de su almuerzo.

Jaemin parecía debatirse entre empujar infantilmente al castaño o copiar sus acciones, pero tomando su lugar. El rubio pareció notar su molestia, porque se recostó en su hombro en disculpa y le dedicó una mirada culpable.

No fue suficiente, pero lo calmó momentáneamente.

En cuanto salieron de la escuela, Jaemin lo sorprendió dándole un abrazo por detrás, apoyando su cara contra la del menor, mirando fastidiosamente al castaño que deseaba borrarle la sonrisa descarada de su cara con un puñetazo.

Haechan y Jisung parecían reírse silenciosamente ante la pequeña batalla, mientras Chenle y Xiaojun miraban de Jeno a Jaemin respectivamente y Mark negaba con una sonrisa divertida toda la situación. Renjun estaba sonrojado de pies a cabeza ante las miradas expectantes del resto de alumnos que entraban o salían de la escuela, viendo la escena con curiosidad. Aun así, no deseaba alejarse de los brazos ajenos.