Capítulo 13

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Se acomodó en su lugar perezosamente, casi ronroneando ante la comodidad. Una respiración en su nuca le erizó la piel y provocó que abriera los ojos de golpe. Jaemin lo estaba encarcelando dentro de sus brazos, mientras se encontraba envuelto en su propia sábana como un burrito.

Se sentía como uno.

No recuerda en qué momento cambió de posición, pero lo más probable es que haya sido mientras dormía. De todas formas, al mayor le gustaba abrazarlo por la espalda. Renjun se quedó un momento así, dejándose cubrir por el cuerpo contrario, volviendo a cerrar los ojos por un par de segundos sin importarle que pudiera volver a dormirse.

Sintió un cosquilleó en la nuca nuevamente, dándose cuenta de que Jaemin trataba de llamar su atención acariciando la zona con su nariz. ―Dobroye utro ―murmuró en un ronroneo. El rubio parpadeó confuso, girando un poco la cabeza para mirar al albino.

―¿Qué significa? ―preguntó suavemente. Su voz adormilada por recién despertar.

Jaemin le sonrió, dándole un beso en la mejilla. Renjun sonrió ante el gesto. ―Buenos días ―respondió en coreano.

―Oh ―exclamó al comprender―, buenos días ―se dio la vuelta como pudo en su estado envuelto―. ¿En qué idioma?

―Ruso, Moya lyubov' (mi amor) ―besó su nariz una vez antes de decidir volver a darle otro más.

Renjun frunció el ceño con una sonrisa. ―¿Y eso qué significa? ―preguntó divertido.

Jaemin lo miró con una sonrisa silenciosa, tentado a besarlo nuevamente en la esquina de su boca. ―Te ves hermoso. Quiero besarte ―respondió en cambio.

El rubio se sonrojó tan rápido como fuego en pólvora, tartamudeando a la hora de confrontarlo. ―N-no ignores mis pre-pregunt-tas ―se removió entre las sábanas, pero Jaemin tenía la ventaja, por lo que simplemente ejerció cierta fuerza en su abrazo.

Se acercó a besar su cara, repartiendo besos entre mejillas, nariz, frente, barbilla y uno corto, pero cariñoso en la esquina de su boca. El menor se dejó al final, rendido a las muestras de afecto del mayor, complacido en secreto. Cuando el albino besó su cuello, una risita tonta salió involuntariamente. Se sonrojó al momento.

―Ignora eso ―susurró avergonzado.

Jaemin negó divertido. ―Dijiste que no te ignorara ―y volvió a besar su cuello, mientras le hacía cosquillas.

Finalmente, cada uno tuvo que bajar a desayunar. La madre de Renjun los recibió con una dulce sonrisa, todavía preparándolo. Alegó que el padre del menor se hallaba dormido, ya que había regresado muy tarde, por lo que no los acompañaría en su almuerzo matutino.

Desayunaron lentamente y en un silencio pacífico, siendo interrumpido de vez en cuando por preguntas educadas de la mujer hacia el albino. Al terminar, ambos regresaron a la habitación del menor a darse una ducha, puesto que saldrían en la tarde con el resto de sus amigos y conociendo al moreno, probablemente tardarían una eternidad en la tienda.

Jaemin fue el primero en darse un baño, saliendo de la ducha con una toalla sacudiendo su cabello. Le guiñó un ojo al menor, quien entró al cuarto de baño con las mejillas rosas.

Terminó de secar el resto de agua en su cabello, y se dirigió directamente a la estatua de mármol regalada por Johnny. La miró con ojo crítico, preguntándose porqué el mayor le habría regalado aquello. No se atrevía a tocarla; un aura extraña rodeaba la figurilla y algo le decía que sería nociva para él.

Era interesante. La estatua era pequeña, quizá abarcando de la punta de sus dedos hasta el final de su codo, pero tenía una carga poderosa de energía. Le resultaba familiar, pero jamás había visto una cosa igual, por lo que no tenía punto de comparación. La estatua de mármol se encontraba justo al lado de la figurilla de Jeno en el escritorio, y lo que más extrañaba a Jaemin era que parecía casi adherida al lugar, como sí la estatua y el escritorio fueran uno ahora.

Celestial [NoRen / RenMin]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora