Capítulo 36 - Parte 2

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Sus cabellos están revueltos a causa de todo el recorrido, y parece ligeramente aturdido por la misma razón. Taeil lo acompaña hasta la puerta de entrada, donde Haechan sonríe algo nervioso. ―¿Quieres subir? No quiero estar solo ―admite en voz baja. No hay dobles intenciones en sus palabras.

El lobo de Taeil se retuerce en su pecho, complacido por la tonalidad dulce. Antes de darse cuenta, ya está asintiendo. ―Sí ―responde del mismo modo. Satisfacción lo inunda ante la sonrisa tímida en el rostro del moreno.

Haechan abre la puerta, tomando la llave escondida debajo de la maceta (su abuela a veces la olvidaba cuando salía). La deja en el mismo sitio antes de entrar, dejando pasar al mayor cuando se encuentra dentro. Suelta una risilla. ―Mi abuelita no se encuentra, así que no te preocupes por... bueno, porque pregunte por ti ―le sonríe nerviosamente, cerrando la puerta y caminando hacia su habitación. El mayor le sigue.

Cuando están subiendo las escaleras, Taeil decide hablar. ―¿Por qué no se encuentra? ―pregunta educadamente. Haechan le abre la puerta de su habitación, cerrando con cuidado y sentándose en la cama.

El mayor se sienta frente a él. ―Está en el hospital ―comienza a decir―. Nada grave, sólo... ya está grande, así que... es más propensa a enfermarse ―se encoge de hombros distraídamente―. Fui al club para despejarme un poco, esa fue una de las razones principales para ir ―mira el suelo sin realmente verlo―. Sé que ella no quiere que me quede a verla ahí tumbada, o que me encierre en mi habitación mientras me imagino... ―traga saliva―. Así que fui a distraerme y no pensar en ello. Divertirme... Ella querría que me divirtiera ―murmura al final de la oración, mordiéndose el labio inferior.

Mañana iría a verla después de la escuela y seguramente ya estaría bien. Le sonreiría como siempre tras recuperarse y le haría alguna sopa como disculpa por haberlo dejado solo, y entonces Haechan le ayudaría porque no quiere que se lastime, pero ella no lo dejaría hacerlo él solo. Toma una fuerte respiración, buscando evadir las lágrimas. No quiere llorar el día de hoy.

―Parece una mujer fuerte ―dice el mayor de pronto, llamando su atención―. Su corazón no es débil, y sus órganos se escuchan estables. No van a fallar pronto ―es todo lo que dice, mirándolo serenamente.

Haechan sonríe poco a poco, secretamente complacido. El mayor no se daba cuenta, pero trataba de animarlo a su propia manera.

Era lindo.

Se quedan en silencio, mientras el mayor observa la habitación del menor. Haechan tenía un ligero desorden, donde algunas cosas estaban esparcidas en su buró o en la estantería, en donde varias figurillas están acomodadas a pesar de ello. El suelo está libre, aunque su armario luce algo revuelto. Se ve más acomodado de lo que esperaba, si es honesto.

También hay varios peluches de diferentes formas en una esquina, agrupados juntos como si fueran un enorme mueble. Nota enseguida que deben ser a causa de la fila de seguidores que el moreno posee, aunque éste no esté muy interesado en ellos.

Lo mira, observando que el peligris luce algo nervioso, sin saber exactamente hacia donde poner sus ojos. La tensión entre ellos es más ligera, pero persiste, recordándole la situación que los llevó a regresar a su casa antes de tiempo. No es que le moleste recordarlo, sin embargo, la calidez que Haechan emanaba por entre la ropa, su aroma a deseo, y los sonidos placenteros; hacían mella en su cabeza, y Taeil no se sentía preparado para lidiar con eso.

Sobre todo, porque desde hace varios días le resultaba difícil mantener su distancia.

Aquella vez cuando Haechan le pidió que fuera él quien lo cuidara, se había cuestionado la razón, dado que el menor no parecía dispuesto a decirlo. La curiosidad sincera de Haechan lo extrañaba, y al mismo tiempo le ocasionaba un interés por descubrir los pensamientos ajenos. Se había encontrado pensando mucho en ello, al grado en que no sólo pensaba en aquello que no entendía del menor, sino cualquier otra cosa aleatoria.

Celestial [NoRen / RenMin]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora