Capítulo 50

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Renjun se muerde el labio inferior con nerviosismo, curioso por lo que Jaehyun tiene que decirles. Los había llamado específicamente a ellos; Xiaojun, Renjun y Chenle para tener una conversación seria sobre la batalla, y ya que ninguno de sus demás amigos estaba allí, lo hacía sentirse ansioso sobre el por qué.

Están sentados en el sofá más grande y largo, mientras que Jaehyun se encuentra en el individual, a un lado de ellos. ―Como bien saben, los estamos entrenando con más esfuerzo porque ninguno se ha enfrentado a algo ni remotamente cerca ―los tres asienten―. Lo hacen bien; aprenden rápido y se acostumbran igual de rápido a sus nuevas habilidades ―las palabras son honestan, nota Renjun, pero no son la razón real de tenerles allí―. No obstante, hay algo muy importante que tienen que entender ―Xiaojun se relame los labios, al mismo tiempo que Renjun traga saliva y Chenle juguetea con sus dedos―.

>Los Salvajes son muy rápidos, más que nosotros, y no tienen ningún remordimiento en matar a nadie, aunque sean jóvenes como ustedes, o incluso niños ―Jaehyun suspira―. Seguramente ya saben todo esto, pero no es lo mismo que tengan ese conocimiento a haberlo visto ―dice, antes de agregar―. Además, hay otra cosa aún más importante ―sentencia, acomodándose en su lugar―. Quiero dejarles algo muy en claro ―mira a cada uno a los ojos, luciendo mucho más serio que al principio―. Van a tener que matar a sangre fría a un ser vivo ―pronuncia, provocando miradas sorprendidas y anonadadas en los menores―.

>Van a tener que ser y reaccionar más rápidos que ellos, proteger a quienes puedan mientras intentan protegerse ustedes, y no importa que ellos sean crueles, todavía serán seres vivos para ustedes ―Jaehyun no cambia su expresión un ápice―, pero me temo que aquel pensamiento puede ser su perdición en un momento tan importante como ése. Lamento tener que decirles esto, pero matar será una opción a partir de ahora para ustedes; para salvar a alguien más o a ustedes mismos, y deberán hacerlo sin dudar ni una milésima de segundo ―finaliza, sin decir nada más para dejarlos asimilar todo.

Renjun siente como le pitan los oídos, perdiéndose en sus pensamientos.

Matar. Tendrá que matar. Acabar con la vida de alguien, y sin ningún remordimiento alguno. Usar sus manos y poderes, esos que aprendió con tanto esmero para proteger a otros, y que ahora deberán ser utilizados para acabar con una vida. Y el mayor tenía razón, quizá eran unas bestias hambrientas de muerte y destrucción, pero todavía estaban vivos. Todavía tenían un corazón que latía, unos pulmones que respiraban y sangre corriendo por sus venas.

Eran seres vivos, como él, como sus padres, como sus amigos o como el resto de la manada. Seres vivos que... le harían eso mismo a las personas del pueblo de estar allí.

Aprieta los dientes, sintiendo la contradicción inundarle los sentidos. Por un lado, sabe que es injusto arrebatarle la vida a otro ser porque nadie tiene ese derecho y, por otra parte, también sabe que es un bien necesario, dado todo el daño catastrófico que ellos harán de darles la oportunidad.

Es un dilema que, aunque es fácil de decidir, para él no lo es.

"Siempre has sido un indeciso, Renjun."

Asiente tras unos momentos, alzando la mirada para ver al mayor. ―Yo sé lo que debo hacer, pero eso no significa que esté de acuerdo o me parezca bien ―dice finalmente, siendo completamente serio.

Jaehyun asiente también. ―No es necesario que lo estés. Cuando llegue el momento, no tendrás tiempo de tomar más decisiones ―espeta, y Renjun sabe que probablemente tenga razón, pero aún le parecía horrible.

Xiaojun toma aire temblorosamente. ―Eso sería como... como... ―Jaehyun niega, poniendo una mano sobre su hombro, al ser el más cercano.

―No compares la vida de tu familia con la de esas cosas, porque no lo merecen ―sentencia―. No insultes su memoria así, y no sientas remordimiento por lo que vendrá, ellos no lo valen ―advierte, haciendo que el menor se encoja, pero asienta tímidamente.

Celestial [NoRen / RenMin]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora