Brazos cálidos y reconfortantes lo envolvían cuando Renjun despertó. Sentía un dolor extraño en el hombro, y al moverse un poco, descubrió que el resto de su cuerpo también. Era como haber sido golpeado por un tráiler, dándole más ganas de seguir durmiendo en las cálidas sábanas. Algo le decía que probablemente el haber tenido relaciones dos días seguidos sin estar acostumbrado era una buena razón para su estado deplorable. Se acercó al calor ajeno, acariciando el cuello de Jaemin con su nariz tiernamente.
Abrió los ojos lentamente, parpadeando para acostumbrarse a la luz mañanera que, aunque no era mucha, podía alumbrar con claridad la habitación. Se separó del contrario para poder verlo mejor.
Jaemin lucía en paz, tranquilo incluso, siendo arrastrado al mundo de los sueños sin señal alguna de querer levantarse. Sus pestañas espesas eran más notorias en ese estado, por lo que Renjun sonrió inocentemente cuando la vista lo llenó de ternura. Estiró una mano cuidadosa para acariciar su mejilla, viendo con satisfacción al mayor buscar el contacto inconscientemente.
Las cosas fueron extrañamente naturales, como si ninguna preocupación anterior hubiera existido. Los cuestionamientos en su mente días atrás lo abandonaron enseguida en cuanto se sintió seguro con ellos. Fue como saltar al vacío y ser atrapado antes de caer. Jeno y Jaemin fueron cuidadosos a su propia manera, y aunque ninguno fue particularmente suave, Renjun no se encontró odiándolo en realidad. Sus primeras experiencias habían sido esas, sin saber de qué otra manera pudo ser o debía haber sido. Para él estaba bien, no necesitaba el sexo en gran medida, y estaba más que conforme con haberlo hecho un par de veces.
Quizá podría intentarlo nuevamente, en el futuro.
Movió sutilmente su cuello, sintiendo el dolor a cado lado que lo hizo jadear un poco. La mordida de Jeno todavía le dolía y la marca de Jaemin estaba algo fresca en términos de daños, ya que, extrañamente, dolía menos que la de Jeno. Miró hacia abajo, alzando ambas manos para poder ver las marcas en sus muñecas. Jaemin no había mentido, literalmente lo dejó hecho un desastre sin arrepentimiento alguno, haciendo lo que quería con su cuerpo y disfrutando de sus reacciones indefensas.
No es que pudiera pecar de inocente, ya que su cuerpo parecía más que feliz de obedecer.
Renjun se sonrojó al recordar su forma de actuar, sabiendo que probablemente se había visto tan necesitado y patético que no podía culpar a Jaemin por completo, él perfectamente pudo haberlo odiado todo; la humillación, la posición forzada, la forma condescendiente de hablarle, lo rudo que había sido con él en ocasiones. Debió haberlo detestado y haberse sentido asqueado.
Pero no lo hizo.
En cambio, se encontró sintiéndose hasta bien, seguro y extrañamente, fue liberador.
Pudo ver las marcas ya violáceas alrededor de sus muñecas, estando seguro de que en algún momento debió habérselo hecho él mismo al tratar de mover los brazos inconscientemente. Tocó la zona en cuestión, sintiendo un hormigueo por el cuerpo cuando un dolor placentero lo embargó. Más cosas extrañas a su lista de anormalidades en su persona.
Dolía un poco, pero no más que la mordida de Jeno y probablemente, no más que su trasero, del cual estaba seguro de que no podría actuar tan normal al caminar como ayer, y no sabía qué excusa poner a sus padres sí éstos se daban cuenta. Sus ojos se abrieron con enormidad al recordar que no había sido precisamente silencioso, por lo que deseó con cierta inseguridad que la tela en su boca haya sido suficiente.
Se tocó la cara al momento, sin sentir dolor alguno o marcas en la piel, notando que la corbata no había dejado marcas como en sus muñecas, suponiendo por no haber estado tan ajustada.
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Celestial [NoRen / RenMin]
FanfictionPrimer libro de la trilogía "Celestial". Cuando Renjun tenía 7 años, su abuelo le dijo que algún día haría grandes cosas por el mundo. Le habló de la existencia de la magia, de criaturas malas y peligrosas, y de muchas otras cosas que hicieron a Ren...