Haechan observa al mayor conversando tranquilamente con su abuela. Estaban comiendo en su casa (carne, por petición de él), dado que su abuela quería pasar tiempo con ambos al querer conocer más a Taeil. El mayor en cuestión no parecía molesto por ello, respondiendo todas las preguntas de la mujer y comiendo pacíficamente.
Taeil y él son muy diferentes, si lo piensa. Taeil era tranquilo, callado y reservado, mientras que Haechan era extravagante, expresivo y sociable. La mayoría de las veces –sino es que todas-, el moreno era quien decidía lo que ambos harían para pasar el día, a menos que el mayor se fuera por trabajo o decidieran tener sus momentos a solas.
El mayor no le cuestionaba nunca, aceptando sin problema cualquier cosa con la que el menor decidiera saliera de por medio; así fuera algo completamente raro y sinsentido. Siempre estaba dispuesto a intentar todas sus locas ideas; sin verse afectado, asqueado o incómodo, dando como resultado en experiencias divertidas para el menor.
Le gustaba eso. Haechan no tenía miedo de ser quien era con Taeil porque él nunca juzgaba nada de lo que hacía o decía. Como aquella vez en la que sugirió como broma seguir coqueteando con otros, a pesar de que estaban juntos. Taeil prácticamente había aceptado, y aunque Haechan no lo hacía, era extrañamente liberador saber que tenía la oportunidad.
Su abuela observa a Taeil con parsimonia. ―Donghyuck me contó que eras de Noruega ―el menor se sonroja, sonriendo con timidez―. ¿Tus padres todavía viven allá? ―inquiere, con su voz suave de siempre.
El mayor se limpia las comisuras tranquilamente con una servilleta. ―Mi madre falleció hace años, pero vivía allá cuando sucedió ―explica del mismo modo―. Me mudé aquí tiempo después ―agrega.
Ella lo miró con pena. ―Lo siento mucho, querido. Seguramente ella piensa en ti, donde sea que esté ―dice dulcemente, tomando otro bocado de su comida.
Haechan le sonríe al mayor con más ánimo, acariciando su mano sutilmente antes de seguir comiendo. Taeil siente a su lobo ronroneando de gusto por el suave tacto. ―Estoy seguro de que es así ―acepta amablemente. Ella asiente en respuesta, y se sumen en un silencio cómodo y pacífico.
La comida termina minutos más tarde, por lo que Taeil se ofrece a limpiar todos los platos y vasos, mientras Haechan lleva a su abuela devuelta a su habitación, para que pueda descansar sin problema. Cuando el mayor termina, el moreno le espera con una pequeña sonrisa adornando su rostro, y se desplazan a la habitación del menor segundos después.
Cuando ya están adentro, Haechan lo hace sentarse en la cama al tomarle de la mano. ―Eres positivamente educado ―menciona, sonriendo divertido. Taeil lo ve quitarse los zapatos antes de cruzar las piernas y tomar su mano de nuevo, jugueteando con ella.
Asiente. ―No tengo por qué ser descortés con tu abuela ―admite, acercándose al menor para hacerlo sentarse en su regazo. Su lobo suelta un gruñido de satisfacción que retumba en su pecho―. Ella es una mujer que merece los mejores tratos ―expresa sinceramente, al momento que Haechan comienza a despeinarle el cabello distraídamente.
―No sé si lo estás diciendo para complacerme o porque de verdad lo crees, pero pensaré que es lo segundo porque nunca me mientes ―el mayor asiente, dándole la razón―. ¿Me dirás todo lo que te dicen tus espías? ―alza ambas cejas en un gesto coqueto, aunque con cierta ironía.
Taeil no dice nada al principio. ―No puedo. Muchas cosas son favores personales ―explica, por lo que el menor abre un poco su boca, en comprensión―. Pero puedo decirte todo lo demás ―acepta.
Haechan sonríe, complacido. ―Cómo qué ―cuestiona en un tarareo.
Taeil le da caricias en la espalda por reflejo. ―Varios han dicho que planean irse ―dice repentinamente, y Haechan se pone serio al momento―. Ya han comenzado a darse cuenta del ambiente o probablemente algunos sepan lo que pasará, pero no quieren estar en el medio ―su voz es tranquila, como siempre que habla de cualquier tema.
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Celestial [NoRen / RenMin]
FanfictionPrimer libro de la trilogía "Celestial". Cuando Renjun tenía 7 años, su abuelo le dijo que algún día haría grandes cosas por el mundo. Le habló de la existencia de la magia, de criaturas malas y peligrosas, y de muchas otras cosas que hicieron a Ren...