Celestial [NoRen / RenMin]

Capítulo 46

Sentado junto a los demás en la mesa de siempre, Haechan siente más que nunca la falta de uno de los maknaes. Chenle seguía hospedado en casa de Mark, teniendo, por suerte, a Yangyang; quien poseía en su arsenal la habilidad de manipular a las personas, por lo que los padres del menor no fueron problema.

Cuando Mark no había estado, fue como un pequeño vacío para él, puesto que su mejor amigo no estaba (aunque al menos se veían en la casa de éste). Con Chenle era algo similar, sin embargo, el que más lo extrañaba era su novio.

Jisung era una persona ansiosa por naturaleza, constantemente nervioso o asustadizo. Solía verse algo afectado por su repentino cambio, a pesar de que el menor no lo demostrara mucho en presencia de Chenle.

Chenle no había ido a la escuela con ellos desde hacía 5 días, por lo que hubo algunas miradas extrañas por parte de sus compañeros (como había sido con Mark). Sin embargo, Yangyang también se había encargado de los padres de Chenle para evitarle problemas, y aunque al menor no le gustaba mucho la idea de lavarles el cerebro, nadie tenía un mejor plan.

Haechan observa a Jisung morderse el labio inferior con nerviosismo, sin haber comido un solo bocado. Le da una mirada a los demás. ―Estoy tan feliz de que las vacaciones ya estén a la vuelta de la esquina ―dice Mark, llamando la atención del menor. Haechan rueda los ojos, notando el cambio abrupto de tema.

Por azares del destino, Jisung no lo nota, asintiendo a sus palabras. ―Es un respiro a este martirio ―responde, y aunque se refiere a la escuela, no puede evitar quedarse callado después y seguir vagando en sus pensamientos.

Chenle era como ellos por lo que viviría para siempre. Ya no envejecerían juntos. No perecerían en algún lugar indefinido donde hayan creado recuerdos y pasado sus días sabiendo que estaban contados. Incluso si no hubieran sobrevivido a los Salvajes, al menos lo harían junto al otro. Pero todo eso ya no sucedería, ni en un futuro ni nunca.

Él moriría, pero Chenle sería eterno.

Serían separados de una u otra forma, de la manera más injusta; teniendo que extrañar al otro, ansiándolo en otra vida. Ellos eran egoístas, recuerda Jisung. Ellos no deseaban a nadie más, ni buscaban dejarse por causa de terceros. Para ellos sólo existía, "Juntos o nada", y si no había un 'ellos' en un futuro, entonces tampoco había un futuro.

Siempre habían vivido en su propia burbuja; compartiendo sueños, deseos y aspiraciones, juntos. Siempre habían sido Chenle y Jisung, soportando cualquier adversidad porque al final del día el otro existía y era suyo. Todo el infierno que estaban pasando era sólo una fase porque se tenían para darse soporte, y el pandemónium que se avecinaba no era nada si lo sobrevivían juntos. E incluso si no sobrevivían, lo harían juntos.

O esa era la idea.

Se muerde el labio inferior, ignorando las voces y el bullicio a su alrededor. La verdad era que se sentía extrañamente estancado, inconscientemente dejado atrás por los demás, y ahora que Chenle se había convertido en uno de ellos, no había quien le demostrara que estaba equivocado.

La mente de Jisung era... algo inestable. Ninguno de los demás hablaba de eso porque no venía al caso, sobre todo después de comenzar a convivir con seres de pasados cuestionables o trágicos. A veces escuchaba las llamadas voces del angelito y el diablito, que en realidad eran más recurrentes de lo que le gustaría.

Chenle era el único con el que hablaba abiertamente de lo que pensaba o de lo que solía escuchar, y era él quien le aconsejaba a cuál escuchar más. Jisung era tan nervioso y asustadizo porque no confiaba en su propio criterio, al ser tan... inconsistente.

La mayoría de las veces vivía en paz, con algo de ansiedad por situaciones estresantes, pero nada fuera de lo común para un adolescente (dejando de lado toda la presión que recaía sobre ellos). Sin embargo, había momentos donde la voz "mala" en su cabeza lo hacía sentir como la mierda, o lo trataba de convencer de hacer cosas no muy lindas.