➳Capítulo 15: ¿¡Mi jefe no es un robot!?

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Vaticiné un regreso a casa calmado, quizás demasiado distraído por el hecho de que la chaqueta de NamJoon me acompañaba.

Mi anterior novio ni siquiera se dignó alguna vez caminar conmigo hasta la parada de autobuses que estaba en frente de la universidad. Y eso que el idiota debía usar el mismo autobús. 

Así que, que NamJoon—mi jefe— se tomara más molestias que él me hacía sentir extático. Importante, para decir lo menos.

Por ende, suspirando llegué a la planta baja para irme con YoonGi, ya pensando en nuestra conversación de hoy. 

Obviamente, recalcando mi suerte de perros y que los dioses parecían jugar ludo para decidir que obstáculos tendrían para mí, escuché una voz vagamente familiar al poner un pie fuera del ascensor. 

Me detuve, sujetando el borde del ascensor para que este no se cerrara en mi cara. 

—Me parece que la Unión tiene más trapitos sucios de los que pensábamos—habló la voz que había escuchado en un principio, a su celular aparentemente. Esta hizo eco en el estacionamiento y gracias a ello pude definir que se encontraban unas columnas más arriba de donde YoonGi me debía estar esperando. 

Si salía silenciosamente, podría llegar antes de que me viera. 

—Me temía eso. Aún más considerando que HanJoon ya no podrá estar al frente.

Si estaba inmóvil cuando oí la primera voz, ahora me había convertido en la Venus de Milo, con brazos. 

Me asomé ligeramente por el borde del metal, queriendo confirmar ambas identidades, solo para volverme a mi lugar de inmediato una vez que los vi. 

Maldije. La primera voz era Jaehwan, y la segunda era nada más y nada menos que Lee Hyun. Ambos estaban caminando hacia un precioso Audi rojo aparcado en el lugar que ya había supuesto, hablando sin parar. 

Pegué mi espalda contra el ascensor mientras trazaba la ruta más conveniente en mi mente, a pesar de que mi cerebro solamente me decía que saliera corriendo hacia el Mercedes y rezara por que no se dieran cuenta. 

¿Que excusa siquiera iba a dar si me encontraba con ellos? No me reconocerían, por supuesto, pero tampoco podría explicar qué hacía saliendo un tipo como yo del ascensor privado de NamJoon cubierto con una chaqueta que estaba más que claro que no me pertenecía. 

Llevé mis manos a mi rostro con desesperación. 

¿Era así como empezaban los rumores? Oh, por Dios; no quería aparecer en la portada de alguna revista mediocre con mi foto al lado de consejos sobre cómo hacer el «Misionero» sin quedarte dormido. ¡Mi vida laboral se iría a la basura!—y que quedara claro que no había leído nunca una de esas revistas—.

Sus voces me sacaron de mi vómito mental.

—Supongo que Han confía en NamJoon, ¿no?—habló Jaehwan, y oí la puerta del auto desbloquearse. Ahora que lo pensaba, quizás era mejor quedarme a esperar que se fueran.—Porque para dejarlo a cargo especialmente este año... 

—Supones bien. Ya veremos qué sucede; así como también tenemos que esperar a ver como salen las cosas con la nueva asistente. 

Mi corazón tuvo una especie de hipo al escuchar a Hyun mencionarme. Me incliné un poco más para oír mejor. 

—Oh, ¿la conociste? 

—Estuvo en la reunión; pero NamJoon es... bastante sobreprotector con ella. 

Eso me hizo fruncir el ceño. ¿A qué se refería? 

—Eso es nuevo.  

—¿Verdad? Sorprendió hasta a SungHo, cuando nos avisó de antemano que ella estaría también, digo. Y claro, sabes que SungHo solo escucha a Han. 

Miss Kim〖NamJin〗Donde viven las historias. Descúbrelo ahora