Miss Kim〖NamJin〗

➳Capítulo 35: Mi vida es una película... de horror

SeokJin 

Por alguna razón, me di cuenta a mitad de un sueño muy psicodélico de que, bueno, estaba durmiendo. Así que cuando lo hice, desperté con un dolor de cabeza tal que deseé volver a soñar con las luces fosforescentes cegándome para no sentirlo.

Aunque mi nariz no funcionara muy bien, lo segundo que capté al despertar fue el olor de la colonia de NamJoon, intensa como si la estuviera percibiendo directamente de su piel. Eso me descolocó y me hizo pensar atravesado, por lo que abrí los ojos inconscientemente. 

Juro que nunca en mi vida había tenido los ojos tan a punto de salirse de mis cuencas que en ese momento, cuando vi con horror, que lo que estaba abrazando era el torso de NamJoon y que la razón por la que sentía tan bien su aroma porque mi rostro estaba metido en el hueco de su hombro y cuello. 

Oh, tiene un lunar cerca de la mandíbula. 

Como estaba allí, no podía ver si estaba despierto o no, pero sí sabía que aunque quisiera empujarlo lejos para que no sintiera lo agitado que estaba, la parte de mí que amaba esta situación estaba ganando. 

Tragué saliva pesadamente, y sentí en ella algo... picante. Fuerte. Casi como... ¿alcohol? 

Me relamí los labios y volví a sentirlo, por lo que mi mente automáticamente encendió las alarmas. ¿Había estado bebiendo? ¿Qué fue lo que pasó?

Eso explicaría el dolor de cabeza, pero ¿por qué estaba abrazando a NamJoon en, claramente, su habitación? 

Intenté rememorar lo que había pasado, pero solo pude recordar que habíamos conocido a su ex-asistente, y que estábamos en el cuarto de descanso. Luego de eso, solo recuerdo escenas borroneadas y completamente inútiles.

¿Qué me había pasado? ¿De donde había salido el alcohol, si no recuerdo haber bebido...? 

Un minuto. Lo único que había bebido en el día era agua en mi apartamento y... el café de SungHo.

No me digas. Por eso sabía a óxido líquido. 

Jadeé un poco, sintiendo todavía el punzante dolor de cabeza de la resaca. 

—¿Dul- Jin?

Despegué lentamente mi rostro de su cuello, pero no logré separarme demasiado. Quedé recostado junto a su hombro, con la habitación dándome vueltas.

—Ugh, mi cabeza palpita.

—Espera— fue su turno de moverse, inclinándose hacia la mesa ratona y volviendo hacia mí con un vaso de un líquido blanquecino y una pastilla blanca.—Toma esto. 

Miré ambas cosas con los ojos entornados.

—¿Que es lo del vaso?

—Alka-Seltzer— se encogió de hombros.—Me dijiste varias veces que te molestaba el estómago, así que...

Tomé la pastilla apenas y la dejé sobre mi lengua, luego alcancé el vaso para beberlo de un tirón, aunque NamJoon no lo hubiera soltado del todo.

Como estaba fresca el agua mezclada con la efervescencia, solté un suspiro al sentirla casi rejuvenecer mi tráquea que se sentía en llamas. 

Mi jefe colocó el vaso de vuelta en su lugar antes de observarme curioso.

—¿Sientes algo más? 

Coloqué mi mano contra mi frente, entrecerrando los ojos.

—Creo que ganas de matar. ¿Y la reunión?