➳Capítulo 46: Playa, arena y un Aston Martin (Nunca más)

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Los árboles se movieron frenéticos a nuestros alrededor, golpeando sus ramas entre sí mientras entrecerrábamos los ojos para que las hojas no se metieran en ellos. Jugueteé con mis labios, mirando el enorme portón que se alzaba en frente de nosotros, y que se extendía a los costados hacia donde mi visión ya no alcanzaba.

A mi lado, NamJoon seguía observando el panel en el cual había unos botones bastante sospechosos por lo grandes que eran. No había rejillas de intercomunicación, ni tampoco algo que me dijera que no eran trampas para bobos que se acercaban demasiado a aquel lugar.

—Um, ¿NamJoon?— pregunté, mirando adentro de las rejas—¿Por qué tu amigo vive en una pista de aterrizaje? 

NamJoon rodó los ojos, levantando un dedo para presionar el botón rojo. 

—¡Ey!— lo detuve con una mano—¿No quieres asegurarte de que es aquí primero? 

—Jin, esta es la casa.

—No veo ninguna casa— repliqué enseguida—. Ese botón podría ser una bomba, y tú vas a presionarlo. 

—No es una bomba. 

—¿Tú lo construiste?

—No-

—¡Entonces no puedes estar seguro!— le tomé ahora del brazo con las dos manos. 

—Eso es ridículo. Voy a presionarlo— levantó la otra mano para acertar el botón contra todo pronóstico. 

Realmente no sé por qué me daba tanta ansiedad, a parte del hecho de que parecía una academia militar o algo así. Quizás caminar bajo el sol ya me estaba afectando, pero aún así seguí lo que mis entrañas me decían y sostuve su otra mano también, enredándonos como si estuviéramos jugando Twister en el aire. 

—Trabajé en una empresa de seguridad, NamJoon— advertí, todavía haciendo fuerza en sus brazos para que no tocara nada—. Esto es parte de su plan: tocarás el botón pensando que es inofensivo y bastante obvio, se darán cuenta de que no conoces la casa realmente y te eliminarán. Es un plan, a lo Bill Gates. 

—SeokJin— exhortó, enarcando una ceja—¿Por qué te da tanto miedo? Hemos hecho cosas más... peligrosas.

Hice un mohín, sin bajar la guardia.

—Como tu asistente, es mi deber asegurarme de que todo salga bien para ti. ¡Y ese panel de botones parece todo menos seguro! ¿Quién lo mandó colocar? ¿Yzma?

—¿Entonces lo tocarías tú? 

Entorné los ojos.

—¿Quieres que yo lo toque? 

—¿Querrías?

—Um...— miré el botón rojo con desdén—. No me pagan lo suficiente. Mejor nos vamos y pedimos un taxi. 

—Ya te dije que... Espera.

Giró la cabeza un poco hacia el costado y yo fruncí el ceño.

—¿Qué?

—¿Escuchas eso?— volvió a mirar hacia adentro de la propiedad y yo entrecerré los párpados como si eso fuera a hacerme escuchar mejor. Igual, sí lo hizo, porque capté el casi imperceptible sonido de un motor girando en la lejanía.—¿Un auto?

—Suena como una moto.

Ambos bajamos los brazos, para enfrentar a lo que sea que estaba emitiendo el sonido a medida que se acercaba.

Coloqué mis manos alrededor de mis ojos, simulando binoculares, de manera a divisar el vehículo que iba avanzando lento hacia nosotros desde dentro del inmenso terreno. 

Miss Kim〖NamJin〗Donde viven las historias. Descúbrelo ahora