➳Capítulo 48: Mi pedacito de cielo (pero no le digan que lo llamé así)

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El texto en cursiva representa un flashback.

—¡Hyungie! ¡Hyungie!— oí a JungKook llamarme desde el otro lado del parque, justo en la suerte de pista de patinaje en donde se hallaba sentado con sus patines nuevos rozando el suelo—¡Ven! 

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—¡Hyungie! ¡Hyungie!— oí a JungKook llamarme desde el otro lado del parque, justo en la suerte de pista de patinaje en donde se hallaba sentado con sus patines nuevos rozando el suelo—¡Ven! 

Chasqueé la lengua, planeando continuar jugando en la consola que traía en las manos, dispuesto a ignorarlo como todo hermano mayor. 

No obstante, una mano se colocó en mi hombro.

—¿Por qué no vas a jugar con Kookie, SeokJinnie? 

Rodé los ojos, apretando los botones en lo que yo creía, era una forma perspicaz para pasar el nivel en el que estaba. 

—Estoy jugando a otra cosa, mamá. Además, él solo quiere jugar con esos patines, y yo no traje los míos. 

—Oh, claro que los trajimos— interrumpió mi padre, señalando el par de patines que no había notado, estaban junto a la bolsa de los de JungKook. 

Cuando el juego me avisó que había perdido, solté un suspiro exasperado. No lo comprendía. ¿Por qué debía jugar con él si ni siquiera podía entender la mitad de las palabras que dijera yo aún? 

Hice un mohín hacia mi madre, esperando que me tuviera compasión y me dejara quedarme junto a ellos en la sombra a seguir jugando. 

Ella me lanzó una mirada significativa, revolviendome el pelo. 

—SeokJinnie— habló con esa voz tan dulce pero tan llena de reproche que era capaz de producir—, sabes que Kookie te admira mucho. Solo quiere pasar tiempo contigo, pero siempre lo empujas a un lado. 

Acentué mi mohín, mostrando mi clara molestia.

—¿No puede papá ir a jugar con él? 

—SeokJin.

Dejé la consola sobre la mesa de campo metálica.

—Bien— dije a regañadientes, saltando de la silla para tomar los patines que me extendía mi padre. 

Avancé hacia mi hermano todavía con la mueca en mi rostro, apretando los patines aunque el sol estuviera haciendo que el metal recalentara mis dedos.

Cuando me vio, JungKook sonrió tanto que hasta vi los dientes de leche que recién estaban saliendo en sus encías.

—¡Hyungie!— intentó levantarse para acercarse a mí, tambaleándose a medida que lo hacía, como si todavía no controlara sus piernas del todo. No me sorprendería, aunque hubiera aprendido a caminar bastante rápido, según nuestra pediatra. 

Miss Kim〖NamJin〗Donde viven las historias. Descúbrelo ahora