Miss Kim〖NamJin〗

➳Capítulo 2: Llámame Señorita Kim

SeokJin

NamJoon nos dejó usar su oficina como camerino mientras él iba a un desayuno importante con su padre, a quien ya le hablaría sobre mi contrato con él.

Al parecer JiMin era igual de importante y rico que NamJoon, puesto que llamó un par de veces a algún lugar y minutos después un equipo entero había dejado unas maletas y un perchero móvil frente a la puerta.

Cuando lo vi con curiosidad, este solamente se encogió de hombros.

—El secreto está a salvo. No es raro que mande pedir estas cosas.

Me cuestioné internamente eso. Pero no sé lo pregunté, para no quedar como el tonto que obviamente era.

Debía ser algo de gente rica.

Metimos las cosas dentro de la oficina vigilando que nadie viniera y me viera, mientras este rubio extraño me contaba toda su vida personal.

Yo solo atinaba a asentir con la cabeza, mirando con una mueca la forma en la que empujaba las cosas de NamJoon del sillón de cuero y abría las maletas repletas de maquillaje.

—... La cosa es que renuncié porque también quería trabajar en las grandes pasarelas, ¿entiendes? Y estando atado a un drama cuyo presupuesto era mi mesada cuando tenia diez años, no iba a conseguir eso—sacó unas cajas de las maletas, abriéndolas y revelando una especie de tocador en miniatura, con espejo incluido—Además, siempre me decían que exageraba demasiado ¿¡y que sabrán esos incultos sobre maquillaje!? ¡Yo estudié cuatro años! Puedo saber exactamente lo que una persona necesita con solo mirarla.

—¿Enserio?

—Sí—bajó su mirada hasta el Brush que llevaba en la mano.—Aunque ahora mismo no. Me es difícil ver tu rostro debajo de ese pastel.

Resoplé ante la nuevamente mención de mi trabajo con el maquillaje, y él se acercó con un paño desmaquillante.

—Quédate quieto y cierra los ojos—me tomó de la barbilla y sentí la suavidad húmeda del paño limpiarme la pesada capa de maquillaje barato que conseguí apenas. Se sentía tan bien que casi me quedé dormido por un momento; creo que en realidad lo hice, porque me sobresalté cuando me dijo que podia volver a abrir mis ojos.

—Déjame ver...—guió mi rostro hacia él, y mi mirada se encontró con la suya. Viéndolo tan de cerca, parecía más joven de lo que había creído.—Vaya, eres guapo. Ya veo por qué NamJoon te contrató.

Ese comentario me hizo sonrojar aunque yo no estuviera atraído por NamJoon. Simplemente me avergonzaba que me elogiaran por mi rostro.

La verdad es que nunca me había puesto a considerar que fuese una persona atractiva. Había tenido una novia o dos en la secundaria, y cuando asumí mi orientación, solo había tenido un novio, el cual no duró ni un par de meses. Ninguno había comentado jamás sobre mi aspecto, asi que siempre lo atribuí a que les gustaba mi personalidad.

—Gracias...

—Es la verdad. Te verás incluso mejor cuando resalte esos labios—JiMin sacó unas pinzas de la maleta y las apretó frente a mí.—Pero empezaremos por las cejas.

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Unas horas, dos depilaciones y una lección de cómo caminar con tacones más tarde (aunque estos tacones y apenas podían llamarse así) mi transformación había sido casi completada.

JiMin me tomó de las manos mientras me ayudaba a ponerme los zapatos que usaría como uniforme y me arregló el paño rosa pálido que agregó a mi atuendo para disimular incluso más mi contextura.