SeokJin había conseguido el trabajo en la empresa de sus sueños, y conseguiría tanto dinero como el que necesitaba para ayudar a su hermano menor.
Sin embargo, un error al parecer pequeño se convierte en una avalancha, el codiciado e inalcanzable Ki...
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Seisaños después...
Las luces rojas de las cámaras le devolvieron la mirada mientras sonreía a ellas, asintiendo ante las preguntas de la elegante dama junto a él.
—Este es tu tercer año consecutivo consiguiendo las menciones de los diseñadores más aclamados. Tanto éxito tiene que tener una razón, ¿no?— ella soltó una risa—Cuéntanos, Jin, ¿cual es tu inspiración?
SeokJin devolvió la sonrisa, pasándose los dedos por el sedoso cabello miel como ya era costumbre suya.
—Ya me lo han preguntado mucho, como si fuera una fórmula secreta, Méllie— entonó, con la garganta ya acostumbrada a los bajos del idioma—. La respuesta es simple. Todos los días al despertar voy al espejo y veo mi rostro, ¡eso es suficiente!
Finalizó la frase guiñándole un ojo a la cámara, y la entrevistadora rió airosamente en aquel típico gesto que hacían todos los que caían rendidos ante su indiscutible encanto.
—Nadie puede negar que de guapo lo tienes en talento, Jin. ¡Felicidades por haber sido elegido como mejor diseñador emergente de la Haute Couture Académie!
Méllie aplaudió y SeokJin hizo igual, doblándose en una reverencia que probablemente tendría a todos los que lo seguían alabando sus buenas costumbres.
—Lo agradezco un montón. Esto es algo que no hubiera soñado con tener hace unos cuantos años.
—Todo esfuerzo y talento merece ser destacado, Jin. Todos los que sabemos tu historia coincidimos en ello. Ahora bien, antes de terminar la entrevista tenemos que preguntar... ¿qué sigue ahora? ¿Cómo ves el futuro? ¿Planeas sacar una nueva línea? ¿Serás mentor en la WWFS? ¿Quizás... sentarás cabeza?
Con la última pregunta el público presente soltó una carcajada colectiva seguido de unos gritos de emoción. SeokJin mantuvo su sonrisa, sacudiendo la cabeza y desviando la mirada hacia su asistente, quien le señalaba el reloj en su muñeca.
Tragó saliva antes de contestar.
—Planeo sacar una línea de invierno, así es. Luego creo que me tomaré unas vacaciones antes de que mi hermano vaya a Corea del Sur por la universidad. Pues sobre sentar cabeza... no, creo que eso no es para mí.
—Claro, eres un hombre de familia. Así te queremos. ¡Un aplauso para nuestro diseñador estrella, Kim SeokJin!
Las ovaciones inundaron el set y SeokJin aplaudió también. Pronto dejó de ver las luces intermitentes de las cámaras y su asistente, Luc, se acercó a él trotando.
—Excuse moi, monsieur Jin— habló apresurado, haciendo malabares con el aparato en su mano y un vaso de café en la otra—. Me acaba de hablar Mademoiselle Dubois, y me ha comentado que el cliente ya está en París. Va de camino a su Ateliér. Ya he llamado a monsieur JungKook para que dé aviso a los que quedan allí, pero me ha dicho que se encuentra en una llamada importante también-
