➳Capítulo Final II: Forcer un au revoir

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📌Capítulo largo (es el final nmms), así que tomen sus palomitas, un juguito y léanlo cuando tengan tiempo

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NamJoon 

La voz de mi asistente sonaba insegura al otro lado del teléfono mientras me explicaba lo que habían hablado en la última de las reuniones mientras yo intentaba comunicarme con mi padre, quién se había tomado la tarea de no contestar el teléfono hasta que había estado por la décima llamada. 

—Hope World la abrirá, entonces— confirmé, mirando los números brillantes del elevador mientras dictaba en qué piso me encontraba—. Nos conviene, así el papeleo es más fácil.

—Es lo que dijo Hyun— suspiró al otro lado—. ¿Cómo vas con tu padre? 

El número se detuvo en el doce.

—Esperemos que bien. Estoy en la puerta del penthouse.

—Okay, okay— tomó una bocanada de aire al otro lado y yo contuve la respiración—. NamJoon, si pasa-

—Estará bien, Jin. No te preocupes por ello más de la cuenta. 

—Es... imposible no hacerlo, lo siento.

Las puertas metálicas se abrieron y coloqué un pie fuera.

—Naturalmente, ¿pero olvidas todo lo que ya superamos hasta ahora?— intenté tranquilizar aunque por dentro estuviera peor. Solamente no quería estresarlo más aún sabiendo lo mucho que ya lo estaba luego del episodio de esa mañana—Solo es mi padre. 

—El jefazo multimillonario que podría desaparecer mi cadáver de la faz de la tierra, claro. 

—¿Siempre eres tan dramático, mi amor?— solté una risita, saliendo del elevador para colocar el código en el penthouse—Yo también soy multimillonario y jefe. 

—¿Puedes desaparecer un cuerpo? ¿No? Eso pensé— volvió a suspirar—. Ya, solo... buena suerte. Avísame cualquier cosa. 

—Lo prometo. Adiós, Jinnie.

Ambos cortamos la llamada y guardé mi teléfono en el bolsillo interno de mi traje, para luego arreglarme los lentes de sol y entrar al amplio espacio de aquella residencia. 

Como esperaba, estaba tan vacío como la última vez que la visité, y como mis músculos ya estaban acostumbrados, me dirigí directamente al ala donde se hallaba la puerta que daba a la terraza. 

La brisa estaba templada pero bastante intensa considerando lo alto que estábamos, y más de uno de los adornos de metal emitían sus distintivos sonidos a medida que me acercaba a la mesa donde estaba mi padre sentado, bebiéndose un martini, probablemente, o lo que sea que se tomaran los viejos ricos a las diez de la mañana. 

—Papá.

Llamé por encima de la brisa, y él se giró hacia mí.

—NamJoon-ah, te tardaste un poco. 

Miss Kim〖NamJin〗Donde viven las historias. Descúbrelo ahora