➳Capítulo 50: Quizás no lo estará, NamJoon

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🍅Advertencia: mucho fluff y cursilerías. Enserio, mucho 💀🤧

Me sumí tanto en el espiral de desesperación con tan solo leer aquellas palabras que no oí que JungKook me llamaba insistentemente hasta que me sacudió el hombro

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Me sumí tanto en el espiral de desesperación con tan solo leer aquellas palabras que no oí que JungKook me llamaba insistentemente hasta que me sacudió el hombro.

Doblé la carta sobre sí misma y le respondí con un quedó «está bien», aún sabiendo que esto no estaba ni cerca de estarlo.

—Hyungie, ¿qué haremos?— su rostro seguía pálido—No quiero-

—Todo va a estar bien, Koo— le sonreí forzosamente, todavía con el ardiente dolor interno que parecía extenderse por todas mis extremidades. Era muy malo, ya podía sentir mis intestinos revolcarse como un Tazón Loco—. Tae, quédate con él, ¿quieres? T-Tengo que ir a buscar a Haneul y hablar con ella.

Nuestro vecino dobló las cejas en una expresión preocupada y para nada complaciente.

—Hyung...

—Por favor, TaeHyung— rogué, apenas tragando el nudo en mi garganta cada vez más apretado. La presión fue suficiente para hacerme sacar unas respiraciones irregulares—. Vuelvo pronto.

Sujetando la hoja tan fuerte entre mis dedos me alejé hacia la puerta, solo captando a TaeHyung arrullando a JungKook mientras este le repetía que no quería irse, que no quería que lo separaran de mí, que no quería quedarse solo con personas que no fuéramos nosotros.

Quizás me llamó mientras salía, y tuve que hacer caso omiso a ello porque no podía dejarlo verme cuando finalmente la soga se cerrara por completo.

¿Y cómo decirle que esta vez ni siquiera yo tenía un plan?

Me relamí los labios excesivamente, sintiendo mi garganta cada vez más contraída y mi pecho darme punzadas como si alguien estuviera apuñalándome repetidamente. El dolor era tal que mi vista se nubló una vez que estuve fuera de la habitación, separado por una puerta de él, tirado al infinito pasillo blanco que terminaba en una puerta.

Haneul ya no estaba, obviamente. Probablemente solo había venido para dejar la carta y luego encontrarse conmigo en un juzgado para decirme que había logrado probar que yo no era apto para cuidar de mi propio hermano.

Para probar esa insistente voz en mi cabeza que se regodeaba de que yo era un maldito veneno para todo el mundo. Porque todo lo que lograba era hacer que cualquiera que me importara, se alejara de mí.

Los pensamientos se hicieron caóticos a medida que avanzaba sin rumbo por el pasillo, mirando a cada lado por si captaba visión de Haneul o algo que aún tenía que descubrir. Me volví sobre mi eje al no hacerlo, tropezando mientras instaba a mis pies a encontrar el camino.

¿Cuánto más tenía que sufrir? ¿Por qué tenía que sufrir?

Mis piernas cedieron con el peso del mundo en mi espalda, y me acuclillé en la orilla de lo que luego reconocí como la habitación de la que había salido, cubriéndome el rostro con una mano para apretar las lágrimas que se acumulaban en mis párpados.

Miss Kim〖NamJin〗Donde viven las historias. Descúbrelo ahora