Después de que Giulia y Dominique se cambiaran de ropa y de que Mabell se quedara en la habitación con la pequeña Summer, los chicos bajaron a las aguas termales como habían planeado en el desayuno.
-Deberíamos estar aprovechando este tiempo haciendo otra cosa en vez de estar aquí metidos... – Murmuró Dominique rodeándole la cintura por la espalda sin poder evitarlo.
-Domy... Estamos rodeados de personas aquí...
-Por eso lo digo. –Besó la piel de su hombro provocando que la chica cerrara los ojos. –¿Por qué no subimos a mi habitación?
-¿Estás loco? Mabell está en la de al lado.
-¿Y qué? Al menos allí no nos va a ver. Imagínate que aparece ahora mismo por esa puerta porque cambió de opinión. –Giulia se dio la vuelta apartándole las manos de su cuerpo cuidadosamente.
-¿Le dirás esta noche todo?
-Sí, ya dije esta mañana que sí, Bambi.
-Entonces... –Dominique sonrió de oreja a oreja acercándose a besar sus labios rápidamente antes de salir del agua en busca de sus albornoces.
Mantuvieron silencio todo el camino hasta la habitación donde dieron rienda suelta a su amor sin más preámbulos.
Hacía semanas que no se tocaban ni acariciaban de esa manera. Hacía semanas que sus cuerpos se extrañaban mutuamente y ninguno podía decir lo contrario.
-Mierda... –Se quejó Dominique al haber tirado unas figuritas de madera que habían sobre el mueble donde había sentado a la chica. Por su parte, Giulia rió desamarrandole el lazo del albornoz divertida.
-Entre mejor quieres hacer las cosas, peor te salen. ¿No lo sabías?
-No me vengas con historias de esas ahora... –Volvió a hacer que le rodeara la cintura con sus piernas para llevarla hasta el dormitorio que compartía con Summer. –No sabes cómo te he extrañado.
-Y yo a ti... –Murmuró cuando la dejó sobre la cama para comenzar a besar su cuello mientras iba bajándole aquel bañador tan discreto que muy bien le disimulaba su pequeña barriga.
-¿Y tú qué, pequeño? –Preguntó dirigiéndose a ella cuando llegó a su altura. –Debes de estar sintiéndote como un rey ahí dentro.
-O reina. –Puntualizó Giulia apoyada en sus codos para observarlo. –Además, aún es una cosita pequeña como para sentirse cómodo. ¡Solo tiene siete semanas!
-Sí, tienes razón. Qué locura... –Dejó un beso por encima de su ombligo antes de terminar de bajarle el bañador para seguir con su cometido, pero Giulia se lo impidió.
-Ahora no, Dom. Quiero sentirte de una vez, sin preliminares... –El chico asintió sin oponerse acatando su comando.
Lo que ninguno de los dos sospechó, ni por un segundo, fue lo que pasaría en los siguientes momentos a su gran unión.
Mientras que ellos disfrutaban el uno de la otra placenteramente, otra persona entraba silenciosamente en la habitación quedándose paralizada ante lo que veían sus ojos.
-¿Giulia? –Ambos se separaron de golpe al oír esa voz totalmente sorprendidos. Mabell los miró a ambos confundida antes de detener su mirada sobre su amiga asqueada. –¿Desde cuándo pasa esto? ¡Te tiras a mi padre y todavía tienes el descaro de mirarme a la cara como si nada! – Gritó moviendo los brazos enfadada. – Claro, ahora lo entiendo todo... Por eso siempre papá aparecía cuando te quedabas en casa... –Se giró ahora hacia su padre asqueada. –¡¿Es qué también te la tirabas en casa con mamá en la otra habitación?! ¡Increíble!
-Deja de gritar así, Mabell. Todo tiene una explicación...
-¡¿Pero te estás quedando conmigo o qué?! ¡¿Qué explicación tiene que te estés tirando a mi mejor amiga?! ¡Mejor amiga! –Gritó pasándose las manos por el pelo mientras reía amargamente. –Te hacías pasar por mi mejor amiga solo para revolcarte con él, ¿no? Como una cualquiera...
-¡Mabell! –Le gritó Dominique poniéndose de pie sin soltar la sábana que le cubría de cintura para abajo. –Te prohíbo que le hables así a Giulia.
-¿Me prohibes? ¿Pero quién te crees, papá? ¿El gran Dominique Reened que puede controlar todo y a todos? ¡Pues déjame decirte que lo único que eres es un gran mentiroso! – Volvió a girarse hacia Giulia que ya se encontraba desecha en lágrimas. – Igual que tú, Giulia. Eres una completa mentirosa y falsa. ¡Ahora entiendo porque siempre lo defendías cuando me quejaba de él! ¿Cómo no defender a la persona con la que te acostabas? ¿Es qué también te paga la casa en la que vives? ¡No me extrañaría!
-M-Mabell... –Intentó ponerse de pie con la sábana blanca tapando su cuerpo, pero no lo consiguió.
-¡¿Qué?! ¿Ni siquiera lo niegas? ¡Cómo no! –Volvió a reír. –Si al final tenía razón cuando decía que se gastaba el dinero en amantes... ¿Por eso te separaste de mamá?
-Giulia no es mi amante. Deja de decir eso. –Respondió Dominique enfadado. –Y sí, ella es la principal razón por la que le pedí el divorcio a Susan. Mi amor por ella no se compara con el que un día sentí por tu madre.
-¿Amor? ¡Qué te lo crees y todo, chaval! ¿Cómo puedes decir que amas a una persona veinte años más joven que tú? ¡A tu amante! ¿No te das cuenta que solo te quiere por el dinero? –Ambos se sorprendieron al oír aquello. Sobre todo Giulia, que no creía que su amiga pensara todo eso sobre ella. –Por favor, no me miréis así. ¿O vas a negarlo, Giulia? Te conviene tener un hombre como Dominique a tu lado para pagarte todos los caprichos. ¡Como dijo tu padre en aquellas declaraciones!
-Se acabó. –Sentenció Dominique sintiéndose de repente mal. –No te atrevas a juzgarla sin saber, Mabell. No conoces ni la mitad de la historia para que te atrevas a decir esas cosas sobre Giulia.
-No me hace falta conocer la historia entera para saber que mi supuesta mejor amiga se tiraba a mi padre a cambio de unos cuantos billetes.
-¡Mabell! –Volvió a gritar Dominique llevándose una mano al pecho. –No me está gustando nada la forma de hablar que tienes así de Giulia. Vinimos a este viaje precisamente para...
-¿Dom? –Preguntó la chica mirándolo preocupada cuando dejó de hablar apoyándose en la cama.
-Eso, ¿para qué vinimos a este viaje? ¿Para usarnos a Summer y a mí de excusa? ¿Para que vosotros dos estéis por ahí a sus anchas? ¡Nos estás utilizando!
-¡Dom! –Gritó de pronto Giulia llamando su atención en cuanto el chico se desplomó en el suelo gritando de dolor con la mano en el corazón.
-¡¿Qué le pasa?! –Giulia ignoró su pregunta corriendo hacia Dominique y gritando que llamara a una ambulancia enseguida.
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Young love
General FictionGiulia Jennings siempre ha sido una chica tranquila y extrovertida. Tenía una vida resuelta, muy buenas calificaciones, una hija ejemplar, etc, etc. Todo en su vida era perfecto, todo hasta aquel trágico día... Por su parte, Dominique Reened era un...