Capitulo 29

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~15 DE NOVIEMBRE~

-¿Estás segura de querer hacerte eso?

-¡Por supuesto! A Tori le gustará, estoy segura.

-Oye, que debes hacer las cosas porque te gustan a tí y no a las otras personas...

-¡Lo sé! Y por eso lo hago, amiga. -La miré aún dubitativa sin creerla del todo.

Después de que me inventara que cuidaba de Summer, hacía ahora exactamente una semana, y de haber ido al parque para que Dominique pudiera salir sin ser visto, Mabell me comentó que quería hacerse un pircing nuevo. He de decir que en este aspecto mi amiga siempre ha sido muy caprichosa, y todo lo que se le antoja, malamente lo consigue.

Por lo que sí, aquí nos encontrábamos ahora, frente a una tienda de tatuajes abierta exclusivamente para ella un domingo por la mañana. Mabell me había dicho que todos sus piercings se los había hecho en ella y que confiaba ciegamente en el dueño respecto a esas cosas.

Un hombre tatuado nos abrió la puerta sonriendo de oreja a oreja antes de abrazar a mi amiga.

-¡Hola, muñequita! Hacía tiempo que no venías por aquí, ¿eh?

-¡Sí! Ya tocaba. -Ambos rieron mientras que entrábamos en el local cerrado para los transeúntes de la calle. -Mira, Boh, esta es mi mejor amiga Giulia.

-¡Encantado, guapa! Me llamo Boh, como Bob, pero sin B y con H. -Le sonreí asintiendo mientras que le extrechaba la mano tatuada extendida en mi dirección. -¿También vienes a hacerte algo?

-No, no, solo vengo como apoyo moral. -El chico asintió antes de decirle a Mabell que pasara a la camilla que había a un lado ya preparada.

-¿Y tú, muñeca? ¿Qué me propones?

-¡Un piercing en el pezón!

-No esperaba menos. ¿Cómo te va el del ombligo?

-¡Muy bien, la verdad! Y menos mal, hubiera odiado que se infectara o algo. -Rodé los ojos caminando hacia la pared que había frente a la puerta para observar las cientos de fotografías que habían en ella.

Muchos tatuajes de todos los colores y tamaños habían allí. Era increíble ver todos ellos sobre diferentes partes del cuerpo sabiendo que cada uno sería especial para su propietario.

De pronto, uno de ellos llamó mi atención haciendo que el corazón me latiera desbocado. En el antebrazo de lo que supuse que era una chica, había dibujado un cervatillo sentado que me había dado una idea de miedo.

-Oye, Boh...

-¿Sí? -Preguntó a lo suyo sin girarse a mirarme. ¿A dónde había ido Mabell?

-¿Tienes bocetos sobre cervatillos? ¿O algún libro donde mirarlos?

-Hmm... No estoy seguro. ¿Por qué? ¿Te interesa alguno?

-Sí, aquel de allí llamó mi atención... -Le señalé con la mano la fotografía cuando él se había dignado a mirarme al fin.

-Vale, pero tendrás que buscar otro. No puedo ni debo hacerte el mismo, pero si quieres, esta semana me pongo a ello y te aviso cuando lo tenga. ¿Qué te parece? -Asentí pensativa. -¿Quiéres añadirle algo más?

-¿Cómo qué?

-No sé, lo que quieras... ¿Flores? -Me encogí de hombros antes de que el sonido de una puerta abriéndose se oyera en todo el salón.

Young loveDonde viven las historias. Descúbrelo ahora