Capitulo 9

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~30 DE JULIO~


-Esto es enorme, Giulia. ¡Y hermoso! Ojalá tuviera yo mi propia casa... – Murmuró recorriendose el salón mientras que yo removía el azúcar que había echado dentro de la taza de chocolate caliente.

A mi querida amiga se le había ocurrido traerme el desayuno en ofrenda por lo que yo había hecho por ella hace tres días atrás. También me había preguntado si ya me habían ingresado el dinero del hotel porque al día siguiente había hablado con su padre para que lo hiciera, lo que ella no sabía, es que Dominique había sido más rápido que ella.

-Lo extraño es que no la hayas tenido ya. Adoras la libertad...

-¡Lo sé! ¿Pero como mantenerla?

-Tengo entendido que cada mes cobras algo por parte de tus padres...

-Sí, ese dinero viene por parte de mi padre. ¡Pero lo cojo para mis caprichos mensuales! –Me encogí de hombros mientras que le daba un mordisco a un dulce de chocolate riquísimo. ¿Sería mucho decir que Dominique podía ayudarla? Es decir, me puso un loft a mí sin ni siquiera pedirlo, ¿por qué no podría hacer lo mismo por su hija?

-¿Qué hay de tu padre? –Pregunté tras masticar. –Supongo que tu padre podrá hacer algo si se lo dices, ¿no?

-¿Tu crees?

-Es tu padre... –Volví a encogerme de hombros.

-Sí, pero no creo que eso le importe. Seamos realistas, siempre le pido dinero y nunca quiere darme. ¿Qué te hace pensar que va a querer darme un piso?

-Entonces aprende a ahorrar, Mabell. Gasta menos en compras y verás el cambio.

-Hmm... Lo pensaré... Pero bueno, háblame ahora de ti. –Se dejó caer de espaldas sobre el sillón haciéndome alzar las cejas. ¿Qué quería saber?¿Te divertiste mucho con aquel chico?

-¿Qué chico?

-Aquel con el que bailabas. ¡Os vi besandoos! No lo niegues, pillina...

-No hay nada entre ese chico y yo, Mabell. El idiota se me lanzó.

-¿El idiota? ¿Por qué es idiota? Eres hermosa, y él también lo es, déjame decirte...

-¿Pero tú no estabas borracha?

-¿Para esa hora? ¡Claro que no! –Rió alzando la cabeza para mirarme. – Habia bebido, sí, ¡pero aún recuerdo cosas! Ya después de ahí si me sobrepasé. –Volvió a reír haciendome rodar los ojos. –Pero a ver, ¿por qué no quieres nada con él? ¿Ni siquiera sexo?

-No, Mabell. Ni siquiera eso. –Ya tenía a alguien para eso, guapa.

-¡¿Y por qué no?! ¿Ya tienes a alguien?

-No...

-¡Mentirosa! –Saltó como un resorte para acercarse hasta la barra apoyándose en ella. –¡Habla! ¿Quién es?

-Que te digo que...

-¿Otro chico de la fiesta? ¿O del instituto? ¿Lo conozco? ¡Cuéntame!

-Que no insistas, Mabell... –Recogí el vaso para meterlo en el lavavajillas dándole la espalda. –No tengo porqué contarte mi vida sexual...

-¿Cómo que no? ¡Soy tu mejor amiga! Tengo derecho. Al igual que tú tienes derecho a saber la mía.

-Pero yo no te pregunto...

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