Young love

Capitulo 2 Parte II

⚜️ NARRADOR OMNISCIENTE ⚜️

-Giulia, espera. –La chica sonrió cuando la había frenado por el brazo. Había conseguido que hiciera exactamente lo que ella quería. –No te vayas así tampoco. Creo que necesitamos esta charla. ¿Por qué no bajamos a mi... habitación? Me hospedo en este mismo hotel. Podemos pedir que nos bajen una botella de lo que quieras y charlar tranquilamente.

-Mmm... Eso es una propuesta interesante... –Murmuró ella girándose hacia el camarero detrás de la barra. – Haz que llegue una botella del champagne más caro que tengas a la habitación...

-A la suite presidencial, gracias.

-¿Por qué no me sorprende? –Giulia rió traviesamente antes de comenzar a caminar hacia el ascensor acristalado de la planta.

Pronto llegaron a la suite en silencio donde Giulia se acomodó como si estuviera en su casa sobre el sofá color crema que había junto al balcón. Todo en aquella habitación era color crema y madera.

-¿Y bien... –Comenzó diciendo Dominique cuando el timbre de la puerta había sonado. Un empleado del hotel entró para dejar una cubitera de hielo con la botella de champagne más dos copas de cristal. Por su parte, el anfitrión le pagó dándole una buena propina antes de cerrar volviendo a quedarse a solas.

-Fenomenal. ¿Me sirves una copa?

-Para eso las pedimos, ¿no? – Descorchó la botella antes de llenar las copas para darle una a la chica.

-¿De qué se supone que debemos hablar entonces, Dom? Digo, no me quejo por estar tranquilamente aquí bebiendo un rato, pero no me gusta perder mi tiempo.

-¿Yo soy una perdida de tiempo?

-Dependiendo de como quieras ejercerlo. –Le respondió retándolo con la mirada antes de salir victoriosa cuando él la había apartado para abrir el balcón de la terraza.

-Respóndeme a algo, Giulia...

-¿Qué? –Se puso de pie cuando el hombre le había hecho señas para que lo siguiera hacia el exterior.

-¿Qué te ha pasado para cambiar tanto estos últimos años? –Frunció el ceño.

-Yo no he cambiado en nada.

-Sí, querida mía. Lo has hecho. – Dominique apoyó las manos en el muro observando la ciudad. –No he visto ni en un solo segundo esa mirada de niña inocente que tanto me gustaba. 

-Eso no es verdad... –Murmuró pasándose un mechón de cabello por detrás de la oreja antes de abrazarse a sí misma mientras que se ponía a su lado. –Que no te engañen las apariencias, Dom...

-Por favor, no soy tan estúpido.

-No, estúpido no, quizás ciego. – Sonrió antes de volver a estar seria. – Con el tiempo he aprendido a disfrazar mis emociones. Soy actriz, ¿no? Aprendí para ello.

-Conmigo no te hace falta fingir, Giulia. Lo sabes muy bien...

-Sí, lo sabía... Hasta que no hiciste nada por defenderme. –Soltó de pronto sintiendo como la herida en su corazón volvía a abrirse. –Por defender lo que teníamos...

-Sabes que no podía hacerlo. Por favor, Reinaldo me amenazó con denunciarme ante la policía por relacionarme con una menor. No podía hacer eso, mi reputación se hubiera perjudicado.

-¿Y no pensaste siquiera en mis sentimientos? –Dijo alzando la voz. – Para qué, ¿verdad? Poco importaba la opinión de una joven enamorada.