~27 DE AGOSTO~
-¡¿Estamos en Londres?!
-Desde luego que sí. –Grité emocionada colgándome de su cuello para abrazarlo.
-¡No me lo puedo creer! –Volví a decir emocionada antes de coger mi bolso para bajar del avión privado de Dominique. –Esto es genial, Dom. Ya extrañaba Londres...
-Por eso quise que me acompañaras. Vamos. –Me ofreció su mano para caminar hacia la salida del aeropuerto.
Después de días y días intentando sonsacarle alguna pista sobre donde sería su viaje de negocios, me había resignado y dejado de hacer preguntas que no iban a tener respuestas por su parte. Había querido mantener la emoción de la sorpresa hasta el final y eso me gustaba.
-Roxane estará sorprendida al descubrir que estoy de visita. ¡Que emoción! –Dom sonrió ante mi alegría dejando un beso en mi frente antes de que el chófer de uno de los tantos coches que habían aparcados en la entrada se bajara.
-Buenos días, señor Reened, señorita. –Asentí con la cabeza a modo de saludo. –Espero que hayan tenido un magnífico vuelo, señor.
-Así fue, Jonhson. ¿Tienes las llaves del coche?
-Ah, por supuesto, señor. –Jonhson, como lo había llamado Dom a pesar de que sospechaba que ese sería su apellido, metió la mano en el bolsillo interior de su chaqueta para sacar un juego de llaves del que colgaba un llavero plateado. –Es el primero de la fila, señor. Exactamente el que había pedido.
-Perfecto, gracias, Jonhson. Deja el equipaje en la suite del hotel antes de nuestra vuelta.
-Como guste, señor. –Dominique tiró de mi mano para que lo siguiera dando por terminada la conversación.
-¿La misma suite de la otra vez?
-Sí, nuestra suite. –Sonreí asintiendo totalmente de acuerdo con él.
-¿Trabaja para ti?
-¿Jonhson? Solo cuando estoy aquí. Es de mi total confianza, tranquila. – Volví a asentir antes de detenernos. –Y éste será nuestro medio de transporte. ¿Te gusta?
-¿Bromeas? ¡Madre mía! –Solté su mano acercándome al impoluto y reluciente Aston Martin deportivo negro que tenía delante. –¡Es precioso!
-Lo es, y si te portas bien, puede que te deje conducirlo. –Junté las cejas mirándolo.
-Yo siempre me porto bien. – Dominique rió quitándole el seguro antes de abrirme la puerta del copiloto.
-No sabría decirte si eso es del todo cierto... –Rodé los ojos aceptando su mano con gusto para montarme en el coche de buena gana. Madre mía, alquilar este coche aunque solo fueran unos días iba a costarle un ojo de la cara y parte del otro.
Si ya me parecía impecable y hermoso por fuera, imagínense el interior. Los asientos eran de polipiel beig a juego con todos los detalles del tablero y volante.
-Este coche es alucinante, Dom. Tienes buen gusto...
-¿Y cuándo he dejado de tenerlo? – Arrancó el motor con un gran rugido antes de salir del aparcamiento cuidadosamente y a una velocidad muy reducida para lo que estaba segura que el motor podía dar.
-Bueno, ¿y a donde vamos? Creí que después de tantas horas, nos relajariamos de buen agrado con un baño caliente...
-Y lo haremos, pero más tarde. Antes debemos ir a comer un poco, ¿no te parece? Reservé mesa en un restaurante que espero que te guste.
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Young love
General FictionGiulia Jennings siempre ha sido una chica tranquila y extrovertida. Tenía una vida resuelta, muy buenas calificaciones, una hija ejemplar, etc, etc. Todo en su vida era perfecto, todo hasta aquel trágico día... Por su parte, Dominique Reened era un...