~15 DE AGOSTO~
Abrí los ojos sintiendo los brazos de Dominique rodearme la cintura suspirando a gusto.
Sonriendo, me di la vuelta para poder mirarlo a la cara antes de llevar mi mano hacia su mandíbula sin dejar de sonreír provocando que él lo hiciera.
-Buenos días.
-Hola... –Murmuró con voz rasposa abriendo un ojo para mirarme antes de volver a cerrarlo.
-¿Vas a seguir durmiendo?
-Sí, puedo permitirme unas horas más los fines de semana. –Sonreí acariciando la barba perfectamente recortada que se había dejado éstas últimas semanas sin poder evitarlo.
Dominique era guapo con o sin barba, pero debía admitir que tenía una pequeña debilidad por ella cuando se la dejaba crecer. Siempre me había llamado la atención esa apariencia de persona importante, elegante y carismática que le caracterizaba y, con barba, eso se intensificaba aún más.
-Mmm... Sabes que adoro tus caricias, Bambi, pero déjame dormir... –Reí por lo bajo deslizando la mano por su cuello hasta llegar a su pecho. Se me acababa de ocurrir algo.
Dándome la vuelta hacía la mesa de noche que había por mi lado, me incliné hacia el último cajón para poder sacar uno de los lubricantes que habían guardados allí para volver a incorporarme en la cama.
-¿Qué haces?
-¿Tú no ibas a seguir durmiendo? – Murmuré apartando las sábanas antes de sentarme sobre la parte baja de su estómago. -Prométo ser buena...
-Miedo me das... -Fue lo último que dijo antes de cerrar los ojos nuevamente dándome permiso para hacer lo que se me pasaba por la cabeza en aquellos momentos. Solo iba a darle un masaje, no era nada del otro mundo.
Con una sonrisa en los labios, eché gotitas de gel por su pecho y parte de sus abdominales para comenzar a extenderlo mientras que masajeaba encantada.
A pesar de las horas que su empresa y los negocios le ocupaban, Dominique siempre tenía algún momento del día para ir al gimnasio entre semana. Este cuerpo que tanto me gustaba estaba siempre muy ejercitado y preparado para todo lo que le pudiera surgir.
-Estás disfrutando, ¿no?
-¡Mucho! -Dije divertida cuando nuestras miradas se cruzaron. -Tu también vas a divertirte... -Pasé las manos por sus pectorales masajeandolos con una sonrisilla en los labios.
Este fin de semana, como bien me había prometido Dom, era solo para nosotros dos. Llevábamos encerrados en el loft desde el día anterior y hoy creo que seguiríamos por el mismo camino.
Sin dejar de sonreír, me incliné hacía su cuello para besarlo antes de bajar hasta su torso saboreando aquel gel de cereza tan delicioso.
-Mmm...
-Bambi...
-¿Si? -Pregunté desinteresadamente levantando la cabeza a la altura de su ombligo para ver su mirada oscura de deseo.
-No sigas por ahí.
-¿Por qué no? -Volví a apoyar las manos en su torso incorporándome para recorrerlo con la uña del dedo índice, pero sin llegar a hacerle daño. – Dominique Junior no dice lo mismo...
-Dominique Junior suele despertarse muy amenudo a tu lado, Bambi. -Reí deslizando mi mano muy lentamente hacia su entrepierna antes de que
Dominique me diera la vuelta colocándose entre mis piernas mientras que yo las flexionaba dejándole espacio.
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Young love
General FictionGiulia Jennings siempre ha sido una chica tranquila y extrovertida. Tenía una vida resuelta, muy buenas calificaciones, una hija ejemplar, etc, etc. Todo en su vida era perfecto, todo hasta aquel trágico día... Por su parte, Dominique Reened era un...