Capitulo 23

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~5 DE OCTUBRE~

-Te dije que no cogieras mucho sol...

-¡No empieces ahora! -Lloriqueé pasándome con cuidado el albornoz por los hombros después de haber salido de la ducha. ¿Por qué había sido tan cabezota de pasar tanto tiempo bajo el sol? Porque sí, había seguido exponiéndome bajo él a pesar de que me echaba protector solar.

Salí del baño oyendolo reír mientras que yo lo maldecía por lo bajo ante mi desgracia. ¡Seguro que si le hubiera pasado a él no se estaría riendo!

-¡Dom! -Me quejé mirandolo mal en cuanto salió del baño. -¿Quiéres parar ya?

-Lo siento, amor, pero...

-Como vuelvas a decir "te lo dije", dormirás en el sofá tan pequeño que hay allí, ¿entendido? -Asintió sin perder la sonrisa de la boca haciéndome rodar los ojos.

-Hace mucho tiempo que nadie me decía eso...

-Pues acostúmbrate a ello. -Cogí el After Sun de encima de la cómoda antes de volver a girarme hacia él. -Y ahora échame ésto, ¿quieres? Será tu castigo...

-Hmm... Tendré que portarme más mal para castigos como éste. -Rodé los ojos dejando caer el albornoz al suelo para ponerme de espaldas.

Pronto sentí el frescor de la loción corporal sobre mis hombros haciéndome suspirar. Madre mía, qué gusto...

-¿Te duele?

-No, así no. -Murmuré sintiendo como sus manos pasaban suavemente por mi espalda expandiendo la crema. -Dios, ya no cogeré más sol en lo que quedan de días...

-No, creo que con esto es suficiente si no quieres coger una insolación. - Asentí de acuerdo con él girándome para que lo hiciera por delante. -¿Lista?

-Sí, venga. -Hice una mueca de disgusto en cuanto sus manos me recorrieron los pechos y el torso. -Joder, nunca más...

-Aunque yo no me quejo ahora... -Le di un manotazo ante su mirada lujuriosa.

-¡No puedes pensar en eso cuando estoy convaleciente! Me duele todo el cuerpo...

-Ayer también y sin embargo...

-Ayer no lo era tanto como hoy. Hoy estoy destrozada. -Se arrodilló para terminar de echarme por las piernas antes de dejar un beso bajo mi ombligo. -Dominique...

-Prometo que tú no tendrás que hacer nada. Yo me encargaré de... -Salté en mi sitio cuando mi móvil comenzó a sonar asustándome malamente. -No lo cojas...

-Espera a ver. Puede ser importante. -Lo esquivé en busca del teléfono que aún seguía sonando. Número desconocido. - ¿Hola?

-Buenas tardes. ¿Con la señorita Giulia Jennings?

-Soy yo... -Murmuré frunciendo el ceño. ¿Quién era?

-Ah, buenas tardes, Giulia. Soy la directora de casting de la serie por la que te habías presentado. -Mi respiración se congeló al oír aquello. Mierda, no esperaba esta llamada en este preciso momento. -Solo quería confirmarte que estás dentro del elenco.

-¡¿Qué?! -El móvil casi se me cae de las manos al oír eso. ¿Estaba soñando? - ¡¿De verdad?!

-Sí, de verdad. -Rió al otro lado de la línea. -¿Te importaría pasarte el jueves por la mañana para hablar de ello? Hay muchas cosas de las que tienes que ponerte al tanto.

Young loveDonde viven las historias. Descúbrelo ahora