Young love

Capitulo 8

~27 DE JULIO~

⚜️ GIULIA ⚜️

-Hmm... –Arrugué la nariz pasándome las manos por la cara mientras que seguía oyendo el móvil sonar. ¿Quién se había empeñado en llamarme tanto?

Me incorporé en la cama buscando el bolso de la noche anterior para verlo sobre la cómoda. Mierda, encima tenía que levantarme para cogerlo.

-¡Ya voy! –Grité cuando el dichoso móvil volvió a sonar. –Joder... –Abrí el bolso cogiéndolo para ver el nombre de Dom en la pantalla.

-Vaya... –Oí al descolgar mientras que volvía a la cama. –¿Seguías durmiendo?

-No, recién acabo de salir de mi clase de pilates. –Rodé los ojos oyendolo reír. –Claro que seguía durmiendo. ¿Por qué llamas tan temprano cuando sabes que me acosté tarde?

-¿Temprano? Casi es la hora del almuerzo, Bambi. –Fruncí el ceño. ¿Ya? –Es más, te llamaba para eso. No puedo comer contigo como habíamos quedado ayer. Tengo una reunión importante después y se me quedaría el tiempo justo.

-De acuerdo, no pasa nada... – Murmuré bostezando. Ahora que nombraba el almuerzo, mi barriga se había puesto a rugir. –Pero luego nos vemos, ¿verdad?

-Por supuesto, preciosa. Iré en cuánto salga del trabajo. –Asentí a pesar de que no estuviera viéndome. – Por cierto, ¿Mabell está contigo? Porque esta mañana aún no había pisado su cuarto...

-No... –Murmuré recordando lo que había visto en la fiesta. Mi amiga no tenía límites... –Le dije que se viniera conmigo, pero no quiso...

-¿Dónde diablos se metió entonces?

-Sí te sirve de algo... –Murmuré buscando las palabras adecuadas para que no se alterara demasiado. –Creo que se fue con un chico...

-¡¿Qué?!

-¡Pero no era nadie malo! O eso dijo su... –Callé en cuanto la imagen de aquel chico llamado Rory besándome llegó a mi cabeza. ¿Qué diablos?

-¡Me da igual lo que hayan dicho, Giulia! Esta niña va a acabar conmigo un día... –Dominique resopló del otro lado de la línea antes de que una voz femenina se oyera de fondo. – Sí, déjalo pasar, Bella. Gracias.

-Tienes que colgar, ¿verdad?

-Sí, lo siento. Nos vemos después, ¿vale? 

-Aquí te espero. ¡Besos! –Dije algo demasiado alto haciendo que un leve dolor se instalara en mi cabeza.

Colgué soltando el móvil sobre la gran cama para suspirar. Debía decirle ese altercado a Dominique cuando viniera, aunque después de todo, yo no había hecho nada malo...

De pronto, mi teléfono comenzó a sonar nuevamente haciéndome resoplar. ¿Qué se le había olvidado ahora?

Descolgué sin ni siquiera fijarme en el nombre convencida de que sería Dominique de nuevo.

-¿Qué se te olvi...

-¡Amiga! –Fruncí el ceño despegándome el móvil de la oreja para ver el nombre de Mabell en la pantalla. –¿Giulia?