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Sky:

Se lo chupé -dijo Sol en voz alta.

Una chica caminando por el pasillo se volvió hacia nosotras como si fuéramos repugnantes. Esperé hasta que ella estuvo fuera del alcance del oído para responder.

-¿Qué quiere decir que lo "chupaste"? ¿Es como algún tipo de expresión enferma de algo sexualmente perturbador? -pregunte, confundida.

La risa de Sol captó la atención de todos a nuestro alrededor. La última campana acababa de sonar y los pasillos estaban llenos de chicas en uniforme apresurándose para llegar a casa. Su rostro estaba enrojecido y lágrimas de la risa corrían desde sus ojos.

-Oh, Dios mío, Sky, me haces morir de risa, chica. -Se limpió el delineador de ojos corrido debajo de sus ojos y respiró profundo.

No tenía idea de qué era tan gracioso, pero en ese momento, estaba demasiado avergonzada para preguntar.

Asumí que de lo que fuera que estaba hablando era sexual, y conociéndola, probablemente repugnante. No tenía ni idea de cosas como esa. Papá dijo que cuando fuera el momento correcto mi esposo me mostraría todo lo que necesitara saber.

Mis padres siempre se aseguraron de mantenerme en la oscuridad acerca del sexo opuesto. Una vez vi a un hombre desnudo brevemente mientras estaba pasando a través de los canales. Mi madre también lo vio y tres días más tarde, mi papá canceló el cable.

La risa de Sol se detuvo y su rostro se aclaró.
-Espera, realmente no sabes lo que eso significa, ¿cierto?

No me molesté en contestar. En cambio, bajé mi cabeza para ocultar mis mejillas rojas y metí mi cabello detrás de mi oreja. No pensé que mi rostro pudiera estar más caliente, eso fue hasta que Sol se tomó el tiempo para realmente explicarme los pormenores del sexo oral.

Pasé los siguientes veinte minutos mirándola como si fuera la persona viva más repugnante mientras explicaba en detalle cómo había pasado su noche con su nuevo novio Kevin. Casi todo lo que sabía sobre el sexo, Sol me lo enseñó mientras me hablaba de sus diferentes novios y lo que habían hecho en sus citas.

-Eso es repugnante. -Me sentí mal del estómago al escuchar hablar de ello.

-En realidad, es algo agradable. -Se encogió de hombros-. Siento reírme de ti. A veces me olvido de tu situación.

Se estiró y me dio un gran abrazo. Sabía cómo era mi vida. Ella una vez había tenido que vivir la misma vida antes que su situación cambiara.

-No te preocupes de eso. A veces me olvido que finalmente eres libre. -Me reí.
-¡Libre, nada de eso! Mamá está siendo muy quisquillosa acerca de que use su auto para cualquier cosa. Hablando de eso, noche de películas el sábado... ¿sí o no? -preguntó Sol mientras sacaba su libro de inglés y cerraba su casillero.

Pasó sus dedos por su largo cabello rubio cenizo y se ajustó la correa de su bolso beige sobre su hombro. Sus tacones gruesos sonaron contra el suelo mientras esperaba mi respuesta. Siempre podía hacer que luciera bien la ropa divertida como esa. Honestamente, no tenía ni idea de por qué era mi amiga todavía.

Nos habíamos conocido desde que jugábamos con muñecas y llevábamos calcetines de encaje con nuestros zapatos. Tristemente, en ocasiones todavía llevaba calcetines de encaje. Cuando éramos más pequeñas, ambas éramos protegidas e infantiles, pero ella creció y ya no estaba bajo el estricto control de su papá dado que sus padres habían conmocionado a la iglesia y se habían divorciado.

Sol constantemente se estaba metiendo en problemas en la escuela porque amaba más que nada romper el código de vestimenta poniéndose un par de vaqueros ajustados con su top abotonado, o mejor aún, dejaba demasiados botones abiertos, mostrando demasiada piel para la directora.

Azul CieloDonde viven las historias. Descúbrelo ahora