Hugo
Hay una primera vez para todo. Y podía decir sin parpadear que era la primera vez que una chica me era robada. Aunque, técnicamente, nunca fue mía. Eso no me detuvo de perforar mentalmente un agujero en la parte posterior de la cabeza castaña rojiza de Stephen durante la iglesia del domingo y desear que regresara a cualquiera que fuera el lugar de donde había salido.
No había tenido oportunidad de estar a solas con Sky para averiguar cómo fue la cita, pero con un tipo como la maravilla pecosa, estoy seguro que no llegó muy lejos. ¿A lo mejor un beso de buenas noches?
De vez en cuando, Sky giraría su cabeza hacia un lado y la atraparía mirándome desde la fila de enfrente. Me gustaba cuando ella me miraba. Me dejaba saber que ella estaba pensando en mí, lo que funcionaba dado que yo estaba pensando en ella.
Estaba vistiendo azul. Sólo la había visto en caqui y rosa. En verdad me gustaba en azul. La forma en que sus ondas castañas se veían contra el suave color, la forma en que el azul se veía contra su piel perfecta, piel perfecta que yo habría llegado a conocer bien si hubiera estado en los zapatos de Stephen.
Con mi atención de vuelta en la cabeza rojiza, no pude pasar por alto el hecho que él seguía mirando y sonriendo hacia Sky. Ella le regresaba la sonrisa, pero las sonrisas nunca alcanzaban sus ojos. No estaba interesada en él. No podía estar interesada en él. Quiero decir, él era un chico de baja estatura y pelirrojo con pecas y una boca llena de metal. Por otra parte, estoy seguro que eso no importaba dado que el papá de Sky la estaba dejando salir de su celda siempre y cuando estuviera con él.
Después de cinco miradas secretas entre los dos, ya no pude soportarlo. Me enfurecía cada vez que pasaba. Me puse de pie y me escapé por la parte trasera de la iglesia. Me apoyé contra el ladrillo y deseé tener un cigarrillo. Prácticamente lo había dejado, pero daría todo por un porro atiborrado de pegajosa hierba verde.
Incliné mi cabeza hacia atrás contra el ladrillo y aspiré algo de aire fresco. Quería estar alejado de la iglesia, del pastor, y de toda la locura. Sólo me quedaban unos pocos días de servicio comunitario, así que me la salté. Era el único día que me había ido sin tener mi documento firmado. Estaba exhausto y sólo quería ir a casa y pasar algo de tiempo con mi mamá antes de que la banda viniera a practicar.
Esa tarde, el tío Lester pasó por su dinero y me enganchó con su nuevo suministro. Incluso aunque quería, no lo probé. Toda la escena de drogas se sentía diferente para mí, se sentía mal. Estaba considerando renunciar a todo eso y conseguir un trabajo de verdad, algo con beneficios y pruebas anti drogas, algo con seguro médico para mi mamá.
Ray me dio el visto bueno con el polvo y luego compró la mitad ahí mismo. Pasé el resto de la noche cansándome cantando y tonteando con los chicos. Sol, la chica más reciente de Kevin y también amiga de Sky, vino con Kevin y observó desde mi sofá. Pensé en interrogarla sobre muchas cosas acerca de Sky pero decidí lo contario para no verme como un completo obsesionado.
El siguiente miércoles, pude pasar tiempo con Sky. Nos quedamos atrapados en la trastienda, juntando carteles de algún evento de lavado de autos que la iglesia iba a tener. La iglesia era muy buena recolectando dinero. Sky me explicó cómo el dinero era usado para mejorar la iglesia, pero en todo lo que podía pensar era en lo dulce que se veía su boca cuando hablaba.
La observé al otro lado de la mesa mientras ella dibujaba unas bonitas alas de ángel en sus palabras y punteaba sus "i" con corazones. Las chicas siempre estaban haciendo mierdas sin sentido como esa, pero cuando Sky lo hacía, era lindo. No hacía cosas para impresionar a otros, las hacía porque quería dar el paso extra, porque ella disfrutaba hacer su mejor esfuerzo.
ESTÁS LEYENDO
Azul Cielo
Teen FictionUna noche. Eso es todo lo que Hugo tuvo con la única chica a la que siempre amó. Años después, todo lo que le queda de esa noche es una cruz de plata, y el deseo inquebrantable de beber para olvidar su recuerdo. Como cantante de Dark Passion, Hugo t...