Una vez que el sol salió, todos los detalles empezaron a salir. Kevin había estado borracho y Reynolds tomó el control del volante. ¿Por qué no vi lo borracho que estaba Kevin? Estaba tan atrapado en Reynolds y su mierda, tan atrapado en mi nueva forma de vida, que no le puse suficiente atención.
Ya había estado en el hospital con Max durante una hora antes que despertara. Él sobrevivió, pero apenas. Sus dos piernas estaban rotas y una gran pieza de metal había atravesado tan profundo su costado que los doctores estaban diciendo que era un milagro que estuviera vivo. Se veía asqueroso, apenas reconocible, y no pude evitar sentir que era mi culpa.
Me enteré poco después de eso que Sol, la amiga de Sky, también había muerto en el choque. Mi corazón se rompió por Sky y todo lo que quería hacer era ir con ella y asegurarme que estuviera bien. Ella no tenía muchos amigos en su vida y conocía a Sol desde que eran pequeñas. No iba a tomarlo bien.
Agarré mi volante con fuerza mientras conducía hacia la iglesia. Era domingo y sabía que ahí es donde Sky estaría. A la mierda con las reglas que su papá había puesto. Si ella ya sabía sobre Sol, entonces me necesitaría, y si no sabía aún, quería estar ahí para ella cuando se enterara. Además, yo la necesitaba. La necesitaba demasiado. Sentí como si todo se desmoronara y quería ver su cara, saber que ella estaba bien y todavía respirando.
No me molesté en ir por la puerta principal de la iglesia. En vez de eso, fui hacia la puerta lateral que iba directo a la habitación de los niños. Si ella no estaba ahí, lo estaría en algún momento. Me veía como la mierda y no quería que la gente de la iglesia me menospreciara. No ahora… no cuando me estaba destrozando pedazo a pedazo.
Escuché su suave llanto desde alrededor de la esquina. Una vez que llegué a la habitación, encontré a Sky sentada en la mesa con su cabeza agachada. Su oscuro cabello se desbordaba sobre sus brazos y brillaba por la luz del sol entrando por la ventana más cercana.
No perdí tiempo en ir hacia ella. Me senté en la silla a su lado y la levanté de su asiento, colocándola en mi regazo. Ella colapsó contra mí y envolvió sus brazos alrededor de mi cuello. La sostuve cerca mientras humedecía mi hombro con sus lágrimas. Frotando su espalda, hice mi mejor esfuerzo para consolarla.
Se inclinó hacia atrás y se limpió su cara enrojecida con el reverso de su manga.—Lo siento tanto por Reynolds y Kevin. No puedo creer que se hayan ido, Hugo. —De nuevo, empezó a llorar. Sentí una lágrima propia rodar por mi barbilla.
La sostuve de ese modo hasta que las personas empezaron a entrar en la habitación. Cuando fue momento de que me fuera, besé su mejilla con una promesa en mis ojos de que la vería de nuevo pronto. Si me necesitaba, sabía cómo contactarme y sabía que podía hacerlo sin importar qué.Reynolds fue enterrado primero. Mamá y yo estuvimos parados junto a su tumba mientras lo bajaban al suelo. Sentí que me estaba sofocando, tanto por el hecho de que mis muchachos se habían ido y por la estúpida puta corbata que tuve que usar.
Prácticamente podía escuchar a Reynolds riéndose de mí. Sin duda, si aún estuviera ahí, se habría cagado de risa de que yo estuviera usando un traje.
Ayudé a su mamá a llegar a su auto. Ni siquiera caminaba por su propio pie. El primo de Reynolds, Mike, y yo prácticamente la estábamos cargando. Estaba con tanto medicamento para hacerle frente a esto que estaba hablando locuras y llamando a Mike como Reynolds. Era tan jodidamente triste de ver.
Esa noche, Sky llamó para ver como estaba. Me enojaba que tuviera que esconder estar al teléfono y sólo pude hablar con ella por tres minutos. La extrañaba y la necesitaba… ella me necesitaba.
Kevin y Sol fueron enterrados el mismo día. Para el momento en que bajaron a Kevin a la tierra, me sentí entumecido. Su hermanita, Erica, lloró en mi hombro mientras la sostuve. Sólo tenía cinco; no debería saber lo que se sentía perder a alguien. Los niños no deberían ser lastimados, pero yo había visto lo suficiente en mi vida siendo aventado de un hogar al siguiente, y la única cosa que sabía era que los niños siempre eran lastimados, y de algún modo, sobrevivían.
Antes de irnos del cementerio, su mamá me hizo prometer permanecer en contacto. Como si no lo hubiera hecho. Mamá y yo condujimos en silencio de regreso a la casa. Para el momento en que llegamos, empezó a llover. Ella corrió hacia adentro y yo fui al garaje por primera vez desde la noche del accidente.
Me quedé ahí parado con las manos en mis caderas, mi corbata suelta alrededor de mi cuello, y asimilé el espacio. Los tambores de la batería de Reynolds todavía estaban esparcidos por la habitación debido a nuestra pelea. Me senté en su banco y empecé a reunirlos de nuevo. Nuestro último momento juntos golpeaba dentro de mi cabeza una y otra vez. Qué forma tan jodida de pasar tus últimos momentos con uno de tus mejores amigos.
Recogí sus baquetas y las puse en la cima de un tambor. Estirándome, me limpié una lágrima que se había deslizado por mi mejilla.
—¿Estás bien? —preguntó Sky desde la puerta del garaje.
No sabía que ella estaba ahí. Se veía tan hermosa. Su cabello estaba recogido y pequeños mechones habían escapado y estaban colgando alrededor de su cara. El largo vestido negro que usaba tocaba el suelo y flores negras de encaje estaban cosidas alrededor de su cuello.
Sus ojos estaban rojos e hinchados. Su nariz se veía en carne viva como si acabara de pasar por un mal resfriado. Verla me hizo sentir mejor al instante. Extendí mis brazos para ella y vino hacia mí y se sentó en mi regazo. La sostuve mientras lloraba en mi hombro.
Cuando se detuvo, levantó la mirada hacia mí y me besó suavemente en los labios.—Te extrañé —dijo.
Enredé un mechón de su cabello alrededor de mi dedo.
—Dios, te extrañé, también. —Enterré mi cara en su cabello e inhalé. Sólo habían pasado unos pocos días, pero se sentía como una eternidad desde la última vez que nos habíamos visto.
—¿Estás bien? —pregunté mientras utilizaba mi pulgar para limpiar una lágrima de su mejilla.
—Lo estaré. ¿Tú?
—Lo lograré. Mientras te tenga, lo lograré.
La volví a besar. Sus besos eran tan dulces y poco exigentes. Casi podía olvidar cómo había sido besar a alguien más.
—¿Cómo llegaste aquí? ¿Dónde está tu papá?
Me dio un vistazo. Se veía tan culpable que casi temí su respuesta.
—Tomé el auto de mi papá. Está en la iglesia con la familia de Sol. Tenía que salir de ahí.
Acuné su mejilla y sonreí.
—No debiste hacer eso. No quiero meterte en problemas, nena.
—Necesitaba verte.
No había modo que ella pudiera comprender lo que sus palabras me hacían. La necesitaba simplemente tanto, y estaba extasiado de que estuviera conmigo, pero aun así preocupado al mismo tiempo. Pensar en las consecuencias era nuevo para mí, pero cuando se trataba de Sky, era en todo lo que podía pensar.
Antes de que se fuera, le presenté a mi mamá. Observar a las dos mujeres que amaba mientras se abrazaban la una a la otra y hablaban como si se hubieran conocido desde siempre le hizo bien a mi corazón.
Y justo así, me golpeó. Amaba a Sky. Estaba locamente enamorado de ella. No podía decírselo porque no quería espantarla, pero lo sentía. Estoy seguro que ella lo sabía. Tenía que saber.
—Sky, estoy tan contenta de poder conocerte —dijo mamá mientras palmeaba su mano—. Hugo no ha sido el mismo desde que te conoció… de una buena forma, por supuesto.
Ella me guiñó y me sonrojé por primera vez en toda mi vida. Sky se rió y agarró mi mando con un pequeño apretón.
—También estoy encantada de conocerla.
Acompañé a Sky hacia el auto de su papá y la besé una vez más antes de que entrara.
—¿Te veré esta noche? —preguntó.
Le sonreí y asentí. En realidad era tan adorable.—Te recogeré en la señal de alto, a la misma hora.
Su sonrisa iluminó mi corazón que había estado tan pesado durante los últimos días. La observé alejarse en el auto y me sonreí. Ella era tan extraordinaria y yo era un afortunado hijo de perra por tenerla.
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Azul Cielo
Teen FictionUna noche. Eso es todo lo que Hugo tuvo con la única chica a la que siempre amó. Años después, todo lo que le queda de esa noche es una cruz de plata, y el deseo inquebrantable de beber para olvidar su recuerdo. Como cantante de Dark Passion, Hugo t...