3

10 2 0
                                    

Hugo:

Vandalismo. De eso fui acusado por estar en el lugar equivocado en el momento equivocado. Tenía muchas mejores cosas que hacer con mi tiempo libre que pintar con aerosol el costado de una iglesia. No puedo dibujar. Lo último que haría es tratar de pintar algo. El diseño en la pared de la iglesia estaba mucho más avanzado en arte de lo que yo podría siquiera estar.

No importa cuántas veces le dije al juez esto, no importa cuántas veces me declaré inocente, aun así me lanzó a servicio comunitario. La corte me ordenó asistir a esa misma iglesia durante treinta días y ayudarlos de alguna manera.

Mi primer día ahí, algunas de las señoras de la iglesia me miraron como si fuera el mismísimo Satanás. Grandes ojos me observaban desde abajo de sombreros floreados y gruesas pestañas sobre maquilladas. Nunca había sido mirado fijamente tanto, y eso decía mucho ya que era el líder de una banda.

Estoy seguro que la congregación no estaba acostumbrada a mis piercings y mis pocos tatuajes. Podía entender eso. Todo el mundo era diferente, incluyendo los fanáticos religiosos. Incluso pensé que probablemente lucía aterrador como el infierno para ellas, hubo algunas sin embargo que me trataron como su nieto perdido y me daban palmaditas en la cabeza. No odié esa parte tanto como debería.

Nunca he tenido una abuela. No me malinterpreten, estoy seguro de que tenía una afuera en el mundo rebotando por ahí, pero nunca la he conocido. Cuando pensaba en tener abuelos, imaginaba un montón de productos de panadería y mejillas pellizcadas; el olor a naftalina y mantas hechas a mano. Algunos niños odiarían esa mierda. Pellizcos en la mejilla o no, tener algún tipo de familia debería ser apreciado. Yo lo apreciaría.

Pasé ese primer día de servicio comunitario pintando sobre el viejo ladrillo rojo que había sido destruido. Afortunadamente, el espacio no era enorme, y la iglesia planeaba tener una pintura de un artista local sobre el cuadrado beige que había pintado como una cubierta.

Una vez que terminé con eso, podé la parte delantera de la iglesia. Cortar el césped no era nada nuevo para mí. Mi madre adoptiva se volvía loca si la hierba se ponía demasiado alta. Estaba muerta de miedo por los bichos y juraba que vivían en la hierba alta. Después de que mi trasero fuera comido vivo durante la podada, tuve que estar de acuerdo con ella.

Empujé la vieja cortadora de césped en un costado de la iglesia y me limpié en el baño. Después de ayudar en todos los lugares donde se me necesitaba, tomé asiento en el último banco y esperé hasta que pude salir. El pastor tenía que firmar mi papel de servicio comunitario, confirmando que había estado durante todo el sermón. Sabía que era inútil hacerle firmar, así podía salir temprano. ¿Pedirle a un pastor que mienta? Sólo yo pensaría en algo por el estilo.

Mis ojos rodaron hacia atrás en mi cabeza mientras trataba de permanecer despierto a través del balbuceo del predicador. El banco estaba duro contra mi trasero y espalda y estaba obteniendo una torcedura en el cuello por tratar de apoyar la cabeza contra la madera. Recé silenciosamente que terminara pronto, pero el predicador continuó con su discurso sobre Pedro. Tanta oración haciendo que las cosas pasen.

Mis pestañas cosquillearon en mis mejillas mientras mis ojos se cerraban una vez más. El sermón se desvaneció en un segundo plano y mi respiración se niveló. El sueño había llegado lentamente a llevarme, y estaba a punto de dormirme cuando alguien tropezó conmigo.

Mi cerebro tembló y mis dientes castañearon. Mi cuerpo se sacudió a un lado y mis ojos se abrieron. El dulce aroma de rosas llenó mis sentidos mientras el calor invadía mi costado. Tan pronto como el calor llegó, se fue, mientras la persona que tropezó conmigo se alejó.

Suave rosa y luminosa luz me rodeaba. Es todo lo que vi. Su suéter, sus mejillas, y sus labios… todos eran de suave y bonito rosa. El halo de luz alrededor de ella, dándole un resplandor angelical. La forma en que me miró me hizo dar ganas de reír. Sus grandes ojos estaban muy abiertos, una mezcla de marrón y avellana arremolinándose hacia mí. Perfectos dientes blancos se mostraban cuando sus carnosos labios con hoyuelos se abrían en lo que sólo podría interpretarse como shock.

Azul CieloDonde viven las historias. Descúbrelo ahora