Para empezar, necesitaba analizarse a la distancia. Si su abuela lo hubiera visto en el transcurso de los días seguro le habría reprendido por portarse tan frívolo. Dedujo, por la excentricidad del contexto, que Hyukjae llevaba consigo un enorme letrero de egocentrismo que lo volvía un misántropo.Lo encasilló en una definición tan monstruosa sin que el chico le haya mostrado al menos una parte de su verdadero yo.
Claro que ser más cordial no eximía a Hyukjae de ciertos insultos que DongHae pensaba le quedaban a la perfección, sin embargo, al menos ahora, estaba dispuesto a modificar su forma de pensar sobre él en caso de que se presentara la oportunidad. Muy en el fondo Hae esperaba que Hyukjae fuera ese engreído que él trazó en sus pensamientos porque eso significaría que no estuvo equivocado.
Aunque al menos algo bueno se debe rescatar del universitario y sus prejuicios y es que, en el transcurso de esos días, sus conflictos con el chico en silla de ruedas no eran precisamente por esa condición de diferentes capacidades, sino por la mera personalidad de éste.
Inconscientemente lo veía como un igual.
Como cualquier tipo en la escuela que le desagradaba con solo verlo a la distancia.
Y eso, curiosamente, no se podía ver como un defecto. No del todo.
—DongHae... —le llamó una voz suave. Sus dedos dejaron de acariciar el lomo de un libro semi inclinado en el estante. Ese que quiso extraer desde hace días. Por falta de tiempo no pudo siquiera pisar un extremo de la biblioteca desde que volvió a clases.
Cuando al fin tuvo la oportunidad se vio orillado a buscar las lentillas que al fin logró comprar.
Volvió a gozar de su mirada acaramelada.
Su atención se dirigió hacia el par de chicas que, entre risitas de vergüenza, miraban el suelo con los hombros encogidos y el cabello cubriéndoles el rostro.
Una de ellas estiraba un sobre rosado con pequeños corazones dispersos. La otra le ofrecía a Hae un paquete de chocolates.
Muy costoso para un estudiante que con trabajos se paga el almuerzo.
—No deberían desperdiciar su dinero en algo como esto —exclamó amablemente volteando por completo—. Pero estoy agradecido y muy conmovido —sonrió a pesar de que no lo notaron sus admiradoras. Sostuvo los presentes. Ellas contuvieron el aire. Se inclinaron varias veces repitiendo un "gracias, gracias, gracias".
Y más a lo lejos: "es tan guapo", "¿viste su cabello?", "¡qué ojos tan lindos!".
Hae volvió hacia el escritorio donde dejó sus pertenencias. Guardó todo en la mochila incluyendo los obsequios que por el momento no abriría. Le costaba pensar cuál de las dos se le confesaba en la carta. Por la actitud de las amigas dedujo que alguna debía tener un enamoramiento secreto para con él en vista de que no deseaba lastimar a su compañera.
Ni siquiera les vio la cara.
Tampoco era muy necesario.
De cualquier forma, Lee DongHae detestaba el chocolate. Y eso era motivo suficiente para rechazar a cualquiera de las dos.
—¿Cómo le regalas algo que no le gusta a alguien que te atrae? —murmuró abandonando las instalaciones.
Por un momento y sin darse cuenta del todo, pensó en Lía.
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Efecto Placebo [EunHae]
FanfictionDel arte de la curación y otras delicias. Deriva los resultados de un medicamento, pero no tiene ningún principio activo que lo clasifique como tal, es decir: la perfecta dosis de un Lee DongHae para un Lee Hyukjae. También funciona a la inversa.