Lo más raro de todo fue que estuvo despierto desde que se escuchó movimiento a las afueras de casa. Justo cuando el sol comenzaba a salir y los trabajadores anunciaban su llegada para comenzar con las labores del día.
Siempre que visitaba a la abuela parecía acumulársele el cansancio de toda la semana.
Despertaba tarde.
Tan tarde que debía salir corriendo para comer lo primero que tuviera en frente y luego disculparse con la dulce viejecilla por ser tan desconsiderado. Posteriormente daba inicio con su ayuda en la zona que se le asignara. Aunque claro, ella lo dejaba descansar muy a propósito sabiendo que se daba permisos como aquellos sólo cuando volvía a Mokpo.
—Buenos días —.
Por eso, al salir de la habitación con la ropa que dejó ahí por cualquier emergencia, la primera sorprendida de verlo fue ella.
Las ojeras de DongHae se notaban a kilómetros.
Debía sentirse tan inquieto al desestabilizar su vida únicamente por un capricho.
Independientemente de si él conservaba una personalidad demasiado alineada en la cual se impidiera a sí mismo alterar su propio ritmo de vida por mero gusto, la abuela parecía cada vez más convencida de que su discusión con aquel muchacho debía tenerlo así de preocupado para hacerlo huir de Seúl sin pensárselo antes.
—¿Quieres un poco de café? —.
—No te levantes. Yo lo hago —le puso las manos sobre los hombros para impedir que se alejara de la mesa. Se inclinó a besarle la sien ligeramente arrugada. Sostuvo la tetera y una taza que en el centro llevaba su propio nombre. La abuela se veía encantada de tenerlo cerca todo el tiempo que pudiera. Por eso la preparación meticulosa de los detalles. Pero para su mala suerte y en vista de que Hae no avisó sobre su visita, ella se vio imposibilitada para también llenarlo de sus bebidas y bocadillos preferidos.
Al menos no debía faltar la taza de su nieto.
Fue hasta que Hae tomó asiento cuando notó un tercer vaso con una bolsilla de té colgando por el costado.
—¿Esperas a alguien? —.
—A mí —Jung Soo ingresó por la puerta que daba hacia los invernaderos con una sonrisa que podría fácilmente trozarle el rostro. Radiante. Impecable. Emocionado de ver al castaño justo frente a él.
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Efecto Placebo [EunHae]
FanfictionDel arte de la curación y otras delicias. Deriva los resultados de un medicamento, pero no tiene ningún principio activo que lo clasifique como tal, es decir: la perfecta dosis de un Lee DongHae para un Lee Hyukjae. También funciona a la inversa.