Efecto Placebo [EunHae]

33.

Aunque bastante caliente para provocarle un respingo, el queso gratinado se deshizo deliciosamente sobre su lengua llevándole a cerrar los ojos casi a punto de emitir un suspiro de pura satisfacción.

Pensaba en hacerlo menos formal dado que incluso vistió acorde a un sitio de comida rápida o de pastelillos en cualquier cafetería que tuviera cerca.

Yoon-Ah , en cambio, encontró el momento perfecto para lucir sus atributos en un vestido azul con pequeños encajes negros.

Mentalizado a profundidad desde una noche antes, DongHae pensó que mostrarse condescendiente era lo mejor si deseaba que la cita surtiera efecto.

Así, si Yoona le pedía hacer o comer cualquier cosa que naturalmente él no tolerara, en ese día se empujaría a abrir su panorama con tal de poner de su parte.

La chica no merecía ser tratada nada más como un medio para quitarle la confusión. Realmente tenía pensando darse la oportunidad de conocerla. 

Salir de su mundo. Sacudirlo. Ponerlo de cabeza. Desequilibrarlo. Y todas esas cosas que se supone ocurren cuando te enamoras de alguien.

—La pasta está deliciosa, ¿verdad? —.

—Mucho —respondió DongHae antes de tomar un sorbo de su copa de vino. La disposición era bárbara, sin embargo, la ejecución tenía intensas grietas que él no sabía cómo llenar.

Porque le costaba siquiera entablar un tema.

O darle secuencia a lo que ella expresaba.

Era un bloqueo involuntario de su cuerpo que sonreía robóticamente al verla sonriendo.

O que comentaba débiles monosílabos a preguntas relacionadas con el sitio, la decoración o el clima.

Yoon-Ah se veía preciosa.

Y la habría mirado por largo rato con solo levantar la mirada si ese arreglo de tulipanes no estuviera en frente enviándole cosquilleos por el cuerpo. Como recriminándole entre cada capa compuesta de pétalos amarillos el obligarse a ejecutar un plan así de absurdo.

DongHae tenía la sensación de saberse atrapado en el acto.