¿Traicionada? Creo que esa fue la primera palabra que me vino a la mente cuando te pensé estando con otra persona.
Entenderte siempre me costó trabajo. Aun así, en la ambiciosa profundidad de mis pensamientos anhelé como nunca el querer conectar contigo a pesar de las posibles llagas que pudiera formarme en el proceso. Sabía desde el inicio lo mucho que dolería. Lo mucho que resbalaría en mi trayecto para alcanzarte.
Y, aunque me cueste reconocerlo, admito que me perdí en el camino.
Estuve tan aferrada a guiarte y ser ese alguien que te mostrara las maravillas de un mundo que parecía haberte dado la espalda, que yo misma me hundí por debajo de donde tú pudieras haberte encontrado. A veces me pregunto, ¿realmente fui un indicio de esperanza en tu vida?
Desde que él llegó a nuestras vidas no dejé de compararme. Es guapo. Yo también. Es asertivo. Eso no se me da nada mal. Es intrépido. Puedo serlo. Impulsivo. Por momentos quiero copiarle eso.
Casi similares. Entonces, ¿por qué no pude ser yo, Hyukjae? ¿Por qué no pudiste mirarme a mí de la misma forma en la cual lo miras a él?
Sin embargo, exigir una respuesta a eso en estos momentos es tan absurdo como querer encontrar una explicación comprobable a las preguntas universales de nuestra existencia. Me puse un poco cursi ya, ¿cierto? Innecesariamente filosófica.
Como sea, no te odio. Mucho menos a Lee DongHae a quien, siendo muy egoísta como sólo tú entiendes, llegué a culpar de mis desventuras y desplazamientos. Pero creo sinceramente que la única culpable de no haber conseguido algo dulce y maravilloso contigo, fui yo.
Te exigí más de lo que pudieras darme.
Te pensé mío.
Te sentí parte de mi ser.
Y jamás te lo consulté.
Debería disculparme también, ¿no crees? Idealicé tanto un sentimiento que sin darme cuenta obligué a nuestra relación a ser lo más parecida posible a mis fantasías. Esas donde tú me correspondías. Esas donde me decías que 'sí' a todo. Donde me veías con la misma ternura que descubrí en tu mirada durante aquel primer encuentro que tuve con tu terapeuta.
¿Lo recuerdas, cariño?
¿Recuerdas lo mucho que lo insulté?
¿Recuerdas lo mucho que me reí de sus torpes enseñanzas?
¿Recuerdas cuánto lo defendiste?
¿Recuerdas con cuánta firmeza me pediste no volver a intervenir entre ustedes?
Ese ha sido uno de los momentos en los cuales tuve más temor en mi vida. Porque hablabas del chico como si fuera un precioso descubrimiento frente a tus ojos. Me contabas los colores que él te mostraba. Me describías las flores que él te dibujaba. Y tratabas de recitarme los mismos datos que al parecer él te proporcionaba.
Era sólo cuestión de tiempo. Empecé a perderte cuando vi que de tus ojos brotaba una chispa de inocencia y cariño que te envolvía más y más hasta mostrarme a Lee DongHae a través de tu mirada.
Pero, como dije, no puedo odiarlos. Aun si lo he anhelado con ganas, no puedo. Porque veo que ambos se han dado una esperanza en la cual yo ya no tengo lugar.
Desconozco si alguna vez volveré. Por ahora no puedo prometerte siquiera una despedida de frente porque me dolería en el alma comprobar lo que mi egocéntrico corazón no acepta en estos momentos.
Que eres feliz con él.
Que quieres tocarlo.
Que quieres tenerlo todo para ti.
Que quieres verlo hasta que te ardan los ojos, ¿verdad?
Conmigo no necesitas pretender nada. Te entiendo mejor que a nadie porque, todo eso que tú quieres con él, yo lo quise contigo.
Es alentador saber que al menos uno de los dos encontró la luz en este oscuro recorrido. Me volví dependiente de ti, amor. Y duele como jamás podrás (pues de verdad espero que no lo hagas) experimentar.
Hoy te suelto completamente, mi chico precioso.
Te suelto para que encuentres esa historia de amor que yo nunca pude darte.
Construye tu camino y si alguien se interpone, por favor, mándalos a la mierda. No quisiera agregar más palabras sobrantes a mi despedida. Puede que la próxima semana me tengas otra vez aquí y todo este alboroto no sirva de nada. Aún así, si llegara a toparme contigo ten la certeza de que no seré más el obstáculo que te impida sostener la mano de la persona que se robó tus más profundos pensamientos.
Es maravilloso ver enamorada a la persona que amas. Aún si no es de ti. Y sólo por eso. Por la dicha de saberte entusiasmado, a un paso de derretirte de amor, es que yo me doy por vencida. Voy a estar bien, Hyukjae. En algún momento.
No sé cuándo con exactitud. Pero te aseguro que estaré para bien mío y tuyo.
Oficialmente hemos terminado.
Oh... Una cosa más. Me tomé el atrevimiento de investigar a tu novio cuando recién lo conocí. Discúlpame. Ya recordarás el pésimo historial de médicos que le precedieron. No quise volver a toparme con un loco depravado que te acosara.
De acuerdo, me descubriste. Pero, qué quieres que te diga, necesitaba saber algo sobre la persona con la que seguramente estaría compitiendo. Sería innecesario que te mostrara el aburrido historial que encontré. DongHae es tan absurdamente correcto en muchos aspectos.
Salvo lo que seguramente él ya te ha contado, creo que sólo hay un dato por aquí que pudiera interesarte:
15 de octubre / Su cumpleaños.
Haz lo que creas más conveniente. No te enojes con él si es que todavía no sabes o si el muy tonto te lo ha ocultado. Así como vez a ese tipo tan testarudo y enojón, tiene un corazón tan grande que incluso le cuesta entenderse a sí mismo. Ya tu sabrás más de eso que yo.
Te quiero, cariño. Espero que alguna vez podamos volver a vernos.
Cuando la lástima ya no se interponga en ti para decirme la verdad. Cuando yo sane y cuando tú puedas verme a la cara para decirme que es a él a quien quieres.
Con amor, Lía.
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Efecto Placebo [EunHae]
FanfictionDel arte de la curación y otras delicias. Deriva los resultados de un medicamento, pero no tiene ningún principio activo que lo clasifique como tal, es decir: la perfecta dosis de un Lee DongHae para un Lee Hyukjae. También funciona a la inversa.