Efecto Placebo [EunHae]

72.

No hubo manera de seguirse resistiendo al tener visitas como esas en un lugar donde nada más predominaban los bocadillos, libros nuevos y aparatos electrónicos en su empaque. Ciertamente no era que se hubiera negado a utilizar aquellos obsequios. Sólo no se sentía en condiciones de hacer un proceso de unboxing a lo que tan diligentemente se escogió para él.

El calentador de agua funcionaba de maravilla.

Burbujeando en un sonido ascendente que intervino en la incomodidad de aquel silencio que se formó entre los tres apenas la puerta del apartamento estuvo cerrada.

Mirando el cristal del artefacto como único recurso para evadir la situación, DongHae sonrió torpemente pensando en cómo su pequeño hogar estuvo tan expuesto los últimos días. Empezando por la violenta intervención de desconocidos que se pasearon por ese mismo suelo que él pisaba.

Y también tras las novedades de aquel día. Las despedidas comenzaban a aturdirlo. Sin embargo, esta vez sabía que no era precisamente un 'adiós' el que el par de chicas nerviosas sentadas en su cama tenían preparado.

¿Qué sería entonces?

¿Una explicación? Porque, hablando fríamente, Lee DongHae sentía que no la necesitaba.

Luego de servir el agua en dos tazas que venían junto al empaque de su adquisición se acercó al filo de la mesita para depositarlas al otro lado. Más cerca de las inquietas mujeres que no dejaban de observarlo.

De estrujarse los dedos.

Y de preguntarse hasta cuándo se sentaría para comenzar la conversación.

Lee no tenía ánimos ni disposición de tomar iniciativas. Agotado. Tan apagado que por momentos se sentía presa de un sueño abrazador y corrosivo. Algo que le hacía imaginar otra vez en la soledad de esas paredes para poder entregarse a la comodidad de su cama y las almohadas.

Lejos de otras voces. Lejos de justificaciones. Lejos de presencias ajenas a la propia. Lejos de sus pensamientos que cada vez le estrujaban más el pecho.

Pero Lía ya no podía soportarlo mucho. Sus piernas temblaban mientras miraba al suelo. Aguantando la presión que se le formaba a la altura del pecho.

La tranquilidad de DongHae la estaba sofocando.

—¿Qué sabor prefieren? —exclamó éste retirando la envoltura al empaque de un set de té e infusiones que figuraba por sus distintos colores en cada sobre—. Moringa, Rooibos, Canela y aroma de vainilla, Té Chai, Té Verde Sencha, Té negr... —.

—¡Todo es mentira! —ella golpeo la mesa tan fuerte que el agua de ambas tazas salpicó los alrededores. DongHae detuvo la agitación de sus dedos en cada sobre perfectamente acomodado sobre la fila. No quiso voltear. No tuvo siquiera el valor tras ser consciente de cómo la rubia hipaba en silencio y se sorbía la nariz constantemente—. Todo... —jadeó bajando la mirada al recibir un sutil apretón en la rodilla en el que Hyo intentaba hacerla calmarse por tercera vez durante el día donde sus crisis llegaban de la nada.